El Globo
Después de todas estas semanas, sólo me quedaba por retratar a uno. Posiblemente, el concejal más cuestionado de todo el Consistorio. Dicen, incluso, que es La Joya de la Corona. Hablo, lógicamente, de Ignacio Costa, Concejal de Deportes y Portavoz Adjunto del Grupo Municipal del Partido Popular. Un hombre complicado.
Para empezar no sé si es Costa o De Costa o De Costa a Costa. Porque en unos lugares apareces como Costa y en otros De Costa. Me da que don Ignacio es un tipo cursilón (en Pozuelo es muy propio en algunos ambientes) y se ha colocado el De delante del apellido por aquello de aparentar linaje. Pozuelo así lo exige. Pero si a él le gusta De Costa, allá se las vea con sus antepasados. Yo, lógicamente, le llamaré De Costa, aunque a continuación me salga A Costa, como aquel mítico programa de radio nocturno americano "Coast to Coast" y que Luis del Olmo quiso remedar en España hace miles de años en un paréntesis de Protagonistas.
Pero a lo que iba, según mis informadores del Ayuntamiento, este De Costa es uno de los personajes más discutido y discutible de todo el Ayuntamiento. Es más, uno de mis Gargantas Profundas me ha insistido en que diga en el retrato que estamos a final de 2009 y aún no puede, como todos los vecinos de Pozuelo, utilizar el Polideportivo del Valle de las Cañas. Él y don Ignacio sabrán el por qué de tanta insistencia.
Al parecer, y siempre según ellos, el señor De Costa es un político corcho. Aunque después de conocer su historia yo diría que es un político globo.
Mis informadores dicen que es un político corcho porque ha sido concejal de diversas áreas en este Ayuntamiento desde 1987, que ya ha llovido, lo que significa que es capaz de flotar en cualquier remolino municipal por fuerte que sea. Para argumentar su afirmación, me dicen que, en la última crisis provocada por el Olvidable, fue capaz de apoyar a varios candidatos a la vez para quedarse con el que ganó sin que se le moviera un sólo pelo de la cabeza. Incluyo, las pestañas. Al parecer, durante la crisis, lo mismo le daba Gonzalo Aguado que Félix Alba. Ganó Aguado. Pues desde ese momento, aguadista. Si hubiera ganado Alba, ahora sería albista.
Pero yo digo que, después de conocer su trayectoria, es un político globo porque los globos se inflan y se desinflan según el aire que les sople. Y la historia de don Ignacio es el catecismo de ese tipo de políticos.
Ahora, por ejemplo, está en fase de político globo inflado. Me dicen que anda endiosado. Y me aseguran que se cree el amo del cortijo debido a que se considera el concejal perpetuo. Algo así como si hubiese sido elegido por el destino para ser concejal de Pozuelo forever. Una especie de misántropo municipal, que es el síndrome consustancial y propio de las listas cerradas.
Pero si ahora es un político globo inflado, egocéntrico y tirano con su equipo directivo, hace unos meses, nadie daba un duro por él. Entonces era un político globo desinflado, peloteando al mejor postor. Mendigando, incluso, un café por amistad. Pero, amigo, en el último mes, nadie sabe cómo, ha conseguido colarse entre el grupo de los fieles del alcalde. Entre esos 4 ó 5 concejales que asisten a "maitines" con el alcalde Aguado. Hasta me dicen que le han puesto un despacho en el pasillo de alcaldía.
¿Y cuáles han sido las razones para semejante y nuevo ascenso? ¿Qué viento le ha soplado, por sálvese la parte, para hincharse y dejar de ser el concejal peor valorado por los funcionarios, exaequo con una famosa concejala?
¿Quizá sea porque el alcalde quiera aprender de él esa rara habilidad que tiene para mantenerse tanto tiempo viviendo de las arcas municipales?
No lo sé. Pero también es posible que, en "maitines", necesiten más a un experto, como decía Jacobo de María, en emplumarles la culpa de sus errores a otros. Ya sean técnicos o concejales. Y ese sí que es un arte valorado en política. De mediocres, claro. Pero todo es pura suposición.
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