Cursi

El otro día volví al Instituto Internacional. Se presentaba el libro De Noël Valis "La cultura de la cursilería. Mal gusto, clase y kitch en la España Moderna". Al entrar en el edificio no pude evitar rememorar los tiempos de la Asociación de Mujeres Universitarias, con Rosa Castillo, Helena Aikin, Lola Crespo, Ángeles Navarro Guzmán. Aquellas tertulias, aquellos gintonics con Rosa Chacel... Y nostálgico se lo comentaba a Pilar Piñon, actual directora.Y con Noni Benegas hablamos también de la revista de Carlos Vela, ArteSaturno. Y el eco de Emilio Sanz de Soto en el edificio de Miguel Ángel 8.

La cita de Ramón y Cajal "No hay cuestiones pequeñas, las que lo parecen son cuestiones grandes no comprendidas", sirve a Noël Valis -catedrática de la Universidad de Yale- para encabezar su estudio, tan ameno como diversido, siempre con un punto de ironía, ese gran aderezo de la inteligencia. Y un recorrido por lo cursi es un viaje por la España de los últimos siglos. Cursi, palabra que solo existe en español, tiene su origen en las señoritas Sicur, gaditanas de origen francés, que de alguna manera desafiaron su época y su clase, no se resignaron al molde que les correspondía.

La llegada de la autora a Madrid, concidiendo con el entierro de Tierno Galván, le permite iniciar su viaje en distintas direcciones por nuestro paisaje moral. La España Industrial, su lucha por incorporarse a Europa, las diferencias y los desequilibrios sociales, la "movida"... y todo ello utilizando la literatura como eje vertebrador.

Gómez de la Serna, García Lorca, Valle-Inclán, Pérez Galdós... Y claro, así no hay quien se resista. Como temas de fondo el sentimiento de marginación, la confusión de clases, la desincronización: los eternos conflictos de la clase media. Y después de leer el libro uno no puede evitar pensar en una cursi maravillosa, la señorita de Trévelez, que hace poco vimos genial y divertidamente representada por la gran Ana Marzoa.