Tregua
La organización socialista ETA acaba de anunciar otra tregua en sus acciones armadas que, a diferencia de un ejército profesional, consisten en matar por la espalda, a inocentes, indiscriminadamente, sin avisar, de manera masiva, sin juicio, sin abogado... es decir, siguiendo el método socialista habitual de orientar la vida de los países, a su juicio, pobremente democráticos a que progresen hacia la plena democracia, cuyo carácter fundamental justifica cualquier medio para su consecución.
Nos perdonan la vida para darnos la oportunidad de iniciar un proceso democrático en España; nos muestran que no fue suficiente el que nos permitieran establecer las autonomías (paso con el que algunos etarras dieron por concluidos sus objetivos “militares”), el que ellos nos hayan venido tutelando políticamente en los últimos cuarenta años en una transición que no hemos debido saber conducir a buen puerto o el que llevaran a los terroristas del GAL al poder con las bombas en los trenes de Atocha y la complicidad de la mafia informativa, a la que nunca han molestado (¿Será por nada?).
Ayudan así al gobierno dialogante de Zapatero en un momento en que está preocupado porque sus votantes de Rodiezmo, cuyas alucinaciones sindicales sólo ven al coco de la derecha amenazar su sueño de pleno empleo socialista y, no queriendo perturbar su solidario disfrute de bienestar, ha mandado al incorruptible hermano de Juan Guerra para que les ayude a rumiar la huelga general y encienda el reguero de dinamita contra la crisis (que para el socialista rabioso no tiene otro equivalente que la derecha).
Este apoyo socialista a ZP, certificador de democracia como los etarras pero centrado hasta ahora en el campo gay y del aborto, influirá en la aprobación de los próximos presupuestos, fundirá la caja única de la Seguridad Social de los españoles que menciona la constitución, meterá a los socialistas de la ETA en los ayuntamientos, quizá sea el nuevo cargamento de dosis barbitúricas que le ayuden a ganar las próximas elecciones y quién sabe qué más.
España sufragará el precio que determinen los socialistas de la ETA y del GAL, los socialistas se beneficiarán de ello pero creo que no nos darán el certificado de democracia definitivo, que necesitaremos vigilancia y nuevos impulsos más adelante. Al fin y al cabo, la democracia, según nos han dicho muchas veces, es una cosa de cada día, países como Cuba con cincuenta años de socialismo todavía necesitan una protección democrática, pero ¿hasta cuándo podremos pagar sin dejar de ser personas?
Juan Antonio Martínez
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