Encierro en el Instituto Gerardo Diego por las medidas tomadas en Educación
Algunos profesores, padres de alumnos y los propios alumnos del Instituto público Gerardo Diego se encerraron el jueves 28 de Septiembre como protesta simbólica ante las medidas que el Gobierno Regional ha tomado en asuntos de Educación.
El principal motivo que desencadenó esta movilización del personal educativo es la falta de recursos para garantizar una enseñanza de calidad al alumnado. El aumento de las horas de trabajo en 2 horas y la reducción de los sueldos, nos cuentan, es sólo un problema añadido, como indica un profesor del instituto, afirmando que “sería suficiente con que hubiese una mayor sensibilidad hacia la educación (a mí no me molesta trabajar 2 horas más)”.
En el centro, ya son catorce los profesores que han tenido que marcharse por las reducciones de plantilla y, antiguos puestos de trabajo como el de bibliotecario, han desaparecido para dejar sólo los puestos más básicos. Esto genera, nos dicen los profesores, una menor dedicación a los grupos de apoyo y un nivel intermedio absoluto para todos los alumnos. Los llamados ‘desdobles’, que sirven para adecuar la enseñanza al nivel del alumno, ya no son posibles en un instituto público que acoge jóvenes de culturas muy diferentes. Los alumnos más aventajados se estancarán en este nivel, y los que tienen mayores problemas no serán capaces de adecuarse al ritmo de los demás.
El instituto tiene previsto ponerse en contacto directo con el Ayuntamiento de Pozuelo la semana que viene. Este acto pretende llamar la atención para que se conozca realmente el problema, y quieren hablar con el Ayuntamiento, el cual, afirman los propios profesores, no puede hacer nada contra tales medidas, pero sí puede presionar a la hora de discutir su validez. Los profesores confían en el apoyo del Ayuntamiento ya que gozan de una buena relación. Un profesor aseguró confiado a Diario de Pozuelo: “yo creo que lo van a hacer porque este instituto es un orgullo para el Ayuntamiento”.
Tanto el APA como los sindicatos de educación apoyaron este encierro, desvinculado de cualquier movimiento político, y creado a base de la interacción de todos los miembros por medio de asambleas democráticas.
Las clases no se vieron afectadas por el encierro, que siguieron su curso como cualquier día lectivo.
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