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Pozuelo y la cultura

Pozuelo y la cultura

Pozuelo de Alarcón es uno de los pueblos más envidiados de España. Incluso, de Europa. Y la razón de esa envidia radica, sin duda, en su calidad de vida. Una calidad de vida sostenida en cuatro pilares fundamentales: la seguridad, el medio ambiente, la limpieza y las posibilidades que tienen sus vecinos de hacer deporte. Así de fácil. Lo que pasa es que en el Siglo XXI eso ya no es suficiente.

Cuando Pozuelo puso en marcha esta filosofía municipal era, posiblemente, las más novedosa y arriesgada de toda la Comunidad de Madrid. Eran los primeros años ochenta y lo que se llevaba era todo lo contario. Tiempos en los que Tierno Galván, el alcalde de Madrid, por ejemplo, llamaba de una forma irresponsable 'a colocarse', con las consecuencias de locura y delincuencia que trajo consigo la droga. Tiempos en los que se pensaba que la vulgaridad cultural era una parte de la libertad. Tiempos, en definitiva, en los que Pozuelo se convirtió en una isla que atrajo a todos los que buscaban lo contrario que ofrecía Madrid. Algo que, años después, imitaron todos los pueblos cercanos y que sirvió como modelo en muchos pueblos de España y de Europa.
Modelo que, como digo, ya no es suficiente en la segunda decena del Siglo XXI. Pozuelo ahora necesita dar un paso más. Lo está dando. Paloma Adrados se ha dado cuenta que la calidad de vida necesita ir más allá y ha iniciado un camino sin retorno hacia el prestigio. Pozuelo necesita prestigio para seguir siendo la envidia de todos. Y ese prestigio sólo puede venir de la mano de la cultura.


Es posible que esa sea una labor ardua y pesada, especialmente, cuando la crisis está azotando todos los aspectos de la vida. Incluso, a los valores. Pero luchar por la cultura en Pozuelo de Alarcón debe pasar a ser algo prioritario.

Estamos en un momento parecido al que se vivió en aquellos ochenta en lo que se refiere al desvarío de valores y hay que aprovechar la ocasión. Me cuentan que en muchos pueblos lo primero que han hecho sus alcaldes ha sido recortar la partida de cultura. Es lo fácil. Es algo sobre lo que nadie va a echar cuentas. Pero, aquí, veo que no.
Aquí veo que el Ayuntamiento de Pozuelo sigue apostando por la cultura y ello es digno de reseñar. Y por eso lo traigo hasta aquí.

Para la alcaldesa de Pozuelo hubiese sido muy fácil recortar en cultura. Rebajar la calidad. Retocar lo prescindible. Y entre lo prescindible hablo que se podría haber cargado el XIII certamen de Teatro Aficionado José María Rodero que se va a celebrar a partir del próximo 21 de este mes y hasta el 7 de octubre en el MIRA Teatro. Y, esta temporada, nada más y nada menos que con nueve compañías sobre las tablas. Compañías que provienen de Majadahonda, Torrejón de Ardoz, Boadilla del Monte, Madrid, Las Rozas, Alcalá de Henares, Alcorcón, y cómo no, de Pozuelo que, con el grupo Ateneo de Pozuelo, clausurará este certamen. Un alarde. Una envidia.
Y lo bueno es que tendrán entrada libre.

A eso le llamo yo una apuesta de futuro. Una apuesta por la cultura popular.


José María Bravo

*Este diario no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores ni de las de las cartas al director.

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