El problema de los martes
La Ley de presupuestos de 2012 aumentó la jornada laboral de los empleados públicos en 2 horas y media a la semana. Cinco medias horas. Lo que demuestra que el legislador pensó en que bastaría con que cada día de la semana se aumentase la jornada habitual, por delante o por detrás, en 30 minutos para que se cumpliese con la ley, ya que de lo que se trata es, por un lado, de aumentar la productividad de los funcionarios y, por otro, de ir cubriendo las bajas que se vayan sucediendo porque las oposiciones para acceder al empleo público se han restringido al máximo.
¿Qué ha pasado entonces para que se monte el lío que se ha montado en el Ayuntamiento de Pozuelo con la aplicación de la ley?
Vayamos por parte, como decía Jack el Destripador.
Para empezar, el lío viene porque en Pozuelo no se va a subir la jornada laboral esa media hora diaria, por delante o por detrás, sino que las dos horas y media se trabajaran todas juntas en un día por la tarde. Los martes. Y, claro, eso no le ha gustado nada a los funcionarios y sus razones tienen.
Pero ¿esas razones son suficientes para el cabreo que hay en la sede del Ayuntamiento, sobre todo en la de la Plaza Nueva?
No lo creo porque nunca había pasado algo así... Los funcionarios del Ayuntamiento de Pozuelo siempre ha sido un colectivo tranquilo, por lo que pienso que las razones de su enfado tienen que ser consecuencia de otra cosa. Y esa cosa habría que buscarla en los negociadores de la medida a aplicar por parte del Consistorio.
No sé si la decisión de juntar esas dos horas y media de trabajo en una tarde fue idea de Paloma Adrados, aunque me extrañaría en una mujer de su experiencia y trayectoria política, pero está claro que los negociadores, en cualquier caso, no supieron hacerlo. No supieron ver que no favorecía a nadie obligar a que los funcionarios, por turnos, fuesen a trabajar las tardes de los martes. ¿Y por qué los martes? Tenían que haber tenido el talento, el talante y, por supuesto, la experiencia necesaria para darse cuenta que abrir el ayuntamiento una sola tarde a la semana iba a traer más problemas que resultados. No supieron verlo.
Se empecinaron en que el Gobierno Municipal puede obligar a sus funcionarios a trabajar una tarde al mes, por turnos, y lo forzaron. Les faltó tacto político. Y no sólo eso, al final les faltó reflexión sobre esa medida que se iba a imponer por la fuerza. Tenían que haber recapacitado unos días más. Dejándola enfriar. Para que la tranquilidad hiciese su labor y dejase entrar la luz del sentido común.
Entiendo que Almudena Ruíz es demasiado joven e inexperta y que, posiblemente, estuviese mal aconsejada. Suele pasar. Siempre hay alguien al lado de la inexperiencia que aconseja mal, como la serpiente del Génesis: 'toma de la fruta prohibida y tendrás la vida eterna'. 'Consigue que los funcionarios trabajen por la tarde y conseguirás un gran tanto político en tu carrera'. Pero como en el Primer Libro del Pentateuco, la cosa no fue como parecía y ahora Almudena tendrá que penar su error. Porque, encima, es una medida que no producirá ahorro y siempre se lo recordarán.
Y digo error porque, aunque la alcaldesa esté intentando justificar la imposición, estoy convencido de que sabe que, aparte de no producir ahorro, no llevará a ninguna parte porque complica más que favorece al administrado y porque rompe los tradicionales lazos de buena convivencia entre los equipos de Gobierno del Ayuntamiento de Pozuelo y sus funcionarios.
Pero todo en la vida tiene solución y al año 2012 le quedan apenas dos meses...
Y, después de todo, rectificar sigue siendo cosa de sabios.
Julio Núñez
*Este diario no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores ni de las de las cartas al director.
Escribir un comentario