Poco premio para el CF Pozuelo

Alba Budia Fútbol Pozuelo 21 Octubre 2014

Jugar en contra el conjunto tricantino nunca es fácil, y menos aún si es en su casa. Por ello, el Pozuelo salió de vestuarios arrasando. Y es que durante el primer cuarto de hora, las pozueleras fueron las dueñas y señoras del partido, poniendo el juego y las ocasiones. El gol no tardó en llegar de las botas de Naima, que empalmó un rechace tras una gran jugada de Carlota por la banda. El Tres Cantos se dedicó a aguantar el juego pozuelero y a salir con balones largos, no siempre dados con gran intención. De uno de estos pelotazos, llegaría un riguroso penalti pitado a favor de las tricantinas, que no dudaron en aprovechar. Quizás este fuera este el único disparo entre los tres palos, junto con una buena parada de Rocío en un uno contra uno, los tiros claros que tuvieron las rojillas durante todo el partido.

Conforme pasaban los minutos, el Pozuelo, a pesar de no crear un juego vistoso, ponía en peligro constante la portería rival con balones a la espalda de la defensa y rápidas cabalgadas por bandas, pero el balón se negaba a entrar.

Durante la segunda parte, el encuentro siguió el mismo curso pero a las verderonas se les sumaba un nuevo hándicap: el árbitro. Demasiado permisivo con el rudo juego del Tres Cantos que a punto estuvo de lesionar de gravedad a alguna jugadora, a las pozueleras se le ponía todo en contra. A pesar de ello, este equipo joven no se deja amedrentar y lucha cada balón como si fuera el último. Con Julia, Carlota y Mirella buscando el gol desde todas las posiciones y maneras, parecía que el gol de la victoria tenía que llegar, pero los palos y alguna buena mano de la portera tricantina privaron de una merecida victoria verderona.

Mención especial para el colegiado Hugo Muñoz y sus dos asistentes, David Caldero y Alejandro Izquierdo, por su nefasto partido. A pesar de que no pitaron bien para ninguno de los dos equipos, quizás salió más beneficiado de esta situación el equipo tricantino, ya que fue el que menos intentó jugar la pelota y más beneficiado salió de la incompetencia arbitral.