Susana Pérez Quislant: insultada pero no ofendida
"Quien me insulta siempre, no me ofende jamás". Esta es la frase que publicaba ayer el Twitter de la alcaldesa de Pozuelo, Susana Pérez Quislant. No es una frase original, sino que está atribuida a Víctor Hugo, pero he de reconocer que es acertada. Viene al caso.
Y hay dos twitts posteriores, que parecen transmitir todo un background: "Mi Twitter">Twitter es abierto. Me encanta escucharos y contestaros, también a las críticas; lo hago siempre. Lo que no haré jamás es contestar a insultos de cobardes que se esconden en seudónimos y nombres falsos", afirmó Pérez Quislant.
¿Y a quién le pudo dedicar la alcaldesa tan claro mensaje? No sabemos. Sólo lo intuimos.
¿Será a sus adversarios políticos? Pensamos que no, porque los líderes de los grupos municipales de Pozuelo tienen clase. Algunos, como Ciudadanos, chulería, pero con cierta clase.
¿Se referirá a los de su propio partido? Imaginamos que tampoco. Susana está bien valorada en la primera planta de la calle Génova. Y apreciada por trabajadora.
¿Acusará a los medios de comunicación locales? Tampoco. La alcaldesa tiene buena relación con los profesionales de la información. Es transparente y cercana. Hace poco se reunió con todos los periodistas locales para celebrar el año nuevo.
¿Algún otro resentido? No veo los motivos. Algo se me escapa.
Sólo se me ocurre una respuesta, aunque no es motivo para airarse. Cualquier descerebrado puede escribir barbaridades en un Wordpress sin capacidad de llegar a alguien. Pero ay... hay un blog que habla de un Pozuelo imaginario, de coplas y costureras, de doctores y piratas, de sexies-boom y profecías... Eso sí, con pseudónimos, cientos de nombres falsos. Realmente todos son uno. Uno para todos y todos para uno. Desde los apodos hasta los textos, más falsos que un Judas de plástico. Las fotos, pixeladas o robadas. ¡Madre, qué vómitos expele! ¿Su nombre? No, por favor, no quiero colaborar en una intoxicación de percebes.
Quizá un jubilado, un bloguero resentido, analfabeto digital, que sabe tanto de Internet como de hacer calceta. Alguien que a buen seguro no es periodista. Algún zote con la melena al viento, lo que no sé me lo invento.
Claro, y eso duele. Recibir calumnias de alguien que se esconde en un blog, en pseudónimos peregrinos, es una medicina amarga.
Pero, tranquila Susana, lo que no te mata te hace más fuerte. A los hechos me remito.
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