Pasos para preparar la habitación de nuestro hijo o hija
La llegada de un nuevo miembro a la familia suele ser sinónimo de reestructurar nuestro hogar, de tal manera que nuestro hijo o hija pueda disfrutar de su propio dormitorio; si no inmediatamente, por lo menos cuando hayan transcurrido pocos años. De esta manera, probablemente aquella habitación mediana y con ventanas, que hasta entonces empleábamos como trastero, sea el objeto de nuestra remodelación. No obstante, no tardará en aparecer una cuestión inquietante: ¿qué hacer con los objetos que allí se hacinan? ¿Dónde guardarlos?
A fin de solucionar el problema anterior, el primer paso sería realizar una criba, diferenciando entre aquellos muebles que nos serán de utilidad y aquellos que no. Con estos segundos organizaremos un mercadillo, los regalaremos o simplemente desharemos de ellos. ¿Y con los primeros? ¿Qué salida dar a aquellos objetos que deseamos conservar, pero para los que no disponemos de sitio en casa?
Es aquí donde entran en juego los conocidos como servicios de Self Storage. No son otra cosa que empresas dedicadas al alquiler de trasteros, a los cuales trasladar nuestras pertenencias con la seguridad de que otros se encargarán de custodiarlas por nosotros. En este sentido, si el lector vive en la Comunidad de Madrid, una buena idea sería contratar uno de los trasteros económicos de Globalbox. Se trata de una compañía que cuenta con espacios de almacenamiento a medida en Arganda, Móstoles, Parla y Madrid capital. Más allá de ofrecer al cliente acceso a su trastero en un horario muy amplio, Globalbox se preocupa especialmente por los sistemas de seguridad, la conservación y la limpieza del espacio alquilado.
Una vez liberado de sus antiguos objetos, llega el momento de limpiar el futuro dormitorio de nuestro hijo o hija y, acto seguido, de preparar las paredes: empapelarlas, pintarlas, aplicarles un friso... A continuación, escogeremos los muebles adecuados, desde una cama o cuna hasta una cómoda o cambiador, pasando por estanterías en las que organizar libros o juguetes.
Precisamente, el almacenaje será otro de los aspectos a cuidar en la habitación. Para ello, pensaremos en recursos que nos ayuden a mantener el orden y que sean acordes a la edad del niño o niña. Es el caso de los cestos de rejilla plegables, que permiten ver lo que contienen sin necesidad de vaciarlos. También de cajas de colores, las cuales pueden usarse para establecer un criterio de ordenamiento muy intuitivo. Mucho mejor, además, si cuentan con sus propios compartimentos.
Otra cuestión es la de las cortinas, elementos no solo funcionales sino igualmente decorativos. De este modo, pueden incluir estampados e ir a juego con las paredes. Del mismo modo, un artículo que también cumple una doble o triple función es la alfombra: agradable al tacto, evita que nuestro hijo o hija pueda resbalarse, al mismo tiempo que da un toque de color al suelo. Por último, no podemos olvidarnos de la iluminación: dispondremos, al menos, una lámpara de mesilla o de pie y otra de techo.
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