El Ayuntamiento de Pozuelo ejecuta una mínima parte de sus compromisos con La Cabaña
Los vecinos de la urbanización La Cabaña, de Pozuelo, llevan casi un año en guerra abierta con su ayuntamiento. Viejas reivindicaciones han tomado nueva fuerza, y los pozueleros de segunda, como ellos mismos se consideran, no están dispuestos a que todo siga igual.
El Ayuntamiento de Pozuelo ya no ha podido mirar más para otro lado. La asociación de vecinos ha aprendido a hacer ruido mediático, y Susana Pérez Quislant no ha tenido más remedio que empezar a contentarles. Sólo empezar.
En mayo, los vecinos se dirigieron al Consistorio para decir alto y claro que no querían el SER, que estaban hartos de los problemas de tráfico, querían obras para acceder mejor a la M-40, pedían que se arreglara la vía pecuaria de tierra, el soterramiento de los cables de teléfono y de los de alta tensión y que mejoraran el transporte público para solucionar el problema histórico que tienen de incomunicación.
Ciudadanos C’s Pozuelo vio la posibilidad de sacar rendimiento político a las reivindicaciones de los vecinos de La Cabaña y propuso en el Pleno del mes de julio una moción para el soterramiento de las líneas de Alta Tensión, que fue aprobada por unanimidad. Pero la moción no incluía fecha, y parece que el PP se aprovecha de este resquicio para decir –como dice un papá al niño pequeño- que sí, que más adelante, pero no para el presupuesto de 2018.
En septiembre, los cabañeros volvieron a la carga, exigiendo que el soterramiento de las líneas de alta tensión se incluyeran en los presupuestos municipales de 2018. Nada.
Seguimos avanzando. Octubre de 2017. Ciudadanos Pozuelo pregunta por escrito al Pleno si han iniciado los trámites del soterramiento. Contesta Paloma Tejero así de textual: "Como ya saben los vecinos, las obras del citado soterramiento constituyen una carga urbanística del Área de Reparto Pozuelo Oeste. Tal y como se comprometió la Alcaldesa con la Asociación de vecinos, el próximo año se iniciarán las reuniones oportunas con ARPO, con el fin de estudiar la posibilidad de adelantar la ejecución de dichas obras". Patada hacia adelante.
Ese mismo mes, los vecinos de La Cabaña manifiestan en un comunicado que continúan sintiéndose olvidados por este ayuntamiento. Reunidas las dos partes, el Consistorio les dio el no rotundo a soterrar las líneas de alta tensión en 2018. “Se nos dice que tal vez en 2019, que ya veremos. Es la salida de moda, aprueban la moción y ya veremos si se ejecuta y en su caso, cuando se ejecuta. No parece muy serio...”, afirmaron.
Pero claro, ya estamos a año y medio de unas elecciones, momento en que los políticos comienzan a hacer más caso, aunque en Pozuelo a la alcaldesa Quislant eso le dé ya bastante igual, porque sabe que no será la candidata a la alcaldía elegida por el PP. “Para lo que me queda en el convento...” piensa ella.
De todos modos, algún intento de contentar a los sufridos vecinos de La Cabaña todavía hay. El concejal Pablo Gil piensa repetir en listas y para eso tiene que partirse los lomos por los pozueleros, también por las urbanizaciones olvidadas. El Ayuntamiento acaba de informar que han finalizado las obras de pavimentado y acondicionado del tramo final de la Cañada de la Carrera. Un arreglo menor para todas las reivindicaciones que han planteado los vecinos.
Y en 2019 hay elecciones... ¿Será un marrón para Enrique Ruiz-Escudero? Para él, o para el que venga, seguro que sí.
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