Vera y Estrada, la pareja de políticos de moda que supera los 150.000 euros al año

Juan Carlos Vera Pró, el todavía secretario del PP de Madrid -de la gestora- ha sido enviado al cementerio de elefantes, como nuevo gerente del Club de Campo de Madrid. Allí estará muy bien cuidado, con los casi 100.000 que cobrará a partir de ahora. Él y su novia la exconcejala de Pozuelo Yolanda Estrada -ahora diputada de la Asamblea de Madrid- se embolsarán conjuntamente unos 150.000 euros al año. Clase media lo llaman.

¿Y que ha hecho el señor Vera para recibir semejante regalía? Nada de nada. Bueno, sí, enredar, mangonear, ejercer como fontanero de Génova a quien no se le conoce otro oficio en vida. Y eso que está a punto de jubilarse: cuando deje este nuevo cargo pasará directamente a cobrar la pensión.

Vera había estado en el comité ejecutivo del Partido Popular, siempre en el área de organización, desde los tiempos de la refundación del partido con José María Aznar y Francisco Álvarez-Cascos. Fontanero pata negra.

Pero Pablo Casado ya no le quiere y ha usado el viejo método de la patada hacia arriba para quitárselo de enmedio. Hay que ver la guerra que dio en la primera planta de Génova y la que lió en el PP de Pozuelo. 

De seguro que sus intentonas de poner al frente del partido azul en Pozuelo de Alarcón, y como candidata a la alcaldía, a su novia, Yolanda Estrada, llegaron a los oídos del presidente nacional del Partido Popular..

¿Recuerdas, amigo lector, las artes usadas por Juan Carlos Vera para que Enrique Ruiz Escudero no fuera en las listas del PP a la Asamblea de Madrid? Lo castigó por no someterse a sus dictados e impedir que metiera sus manos en Pozuelo de Alarcón. Aquello le pareció de tal injusticia a Isabel Díaz Ayuso que ya entonces decidió que, si ella gobernaba en la Comunidad, rescataría a Ruiz Escudero para que repitiera como Consejero, a pesar de no haber ido en sus listas. Y así ha sido: el único consejero de la anterior legislatura que ha repetido cargo.

Y Casado no quiere gente que enrede, así que le debió pedir a Martínez-Almeida que buscara un puesto a Vera para sacarlo del trapicheo político. Recordemos que iba en las listas al Senado por Madrid, y que no obtuvo los votos necesarios. Pero no debía pasar otros cuatro años intrigando en el partido regional. Eso no podía ser. Y lo mandó a mangonear al Club de Campo, donde el margen de maniobra es estrecho, dejando así en paz el partido en Madrid. Y Casado decidió que el nuevo PP regional debía ser reconducido y rediseñado por Fernández-Lasquetty, que lo llevará con suavidad hacia un congreso. El exconsejero será un buen número dos de la ejecutiva del partido que salga de ese congreso.

Vera llevaba años intentando que se le admitiera en el Club de Campo, pero el ingreso es por rigurosa lista de espera, y no lo había conseguido. Ahora se ha saltado la cola y además le ha tocado el extra de verano. Para ser un fontanero no está nada mal.