Ámsterdam, “capital de la libertad”
En más de una ocasión, al visitar una ciudad o contemplar un paisaje que evoca una suerte de paraíso en la tierra, es fácil tener el pensamiento de decirse a uno mismo “aquí me quedaría yo a vivir”. Aunque sobre gustos es sobre lo que más se ha escrito y cada uno tiene el suyo, si existe una ciudad donde todos lo habrán pensado al conocerla, esa es Ámsterdam, la “capital de la libertad”.
¿Quién no ha oído hablar de la capital de los Países Bajos? En este caso sí que se habrán arrepentido de no hacer caso del consejo de Oscar Wilde de que la mejor manera de evitar la tentación es caer en ella.
Durante años fue refugio, residencia y destino de ‘hippies’, ‘gays’, artistas de toda condición y, por supuesto, de aquellos ciudadanos de países menos tolerantes y libres, que acudían en masa en busca de lo que en sus lugares de procedencia estaba prohibido, se consideraba pecado o merecía hasta pena de prisión. De ahí que muchos consideren a esta ciudad holandesa “la capital de la libertad”.
Ámsterdam es más que sus “coffee shops”, las bicicletas, el Barrio Rojo, el ambiente ‘gay’ o el Mercado Flotante de las Flores. Es su arquitectura, los numerosos museos, la cultura desbordante de la ciudad, los canales y las enormes ofertas de ocio que ofrece en cualquier época del año. No se puede olvidar, ni dejar de visitar el casco antiguo e histórico de la ciudad.
En Ámsterdam, además, hay mucho que ver y hay mucho que hacer. Tiene una agenda cultural realmente variada y amplísima, como corresponde a una ciudad donde la cultura también forma parte de su vida.
Todos habrán escuchado alguna vez el refrán de “donde fueres haz lo que vieres”. Pues bien, nada mejor que conocerla en bicicleta como uno más. Y recorrer sus calles, barrios y canales, porque es una ciudad que como mejor se disfruta es paseándola y viviéndola a pie de calle.
La capital de los tulipanes es una ciudad encantadora que puede fácilmente ser una ciudad mucho más agradable en el alojamiento apropiado. Cada persona, cada pareja, cada familia tiene sus necesidades muy particulares y a todos les encantaría vivir la ciudad como un residente más.
Es una experiencia inolvidable poder descubrir en grupo o en familia esta ciudad, que es una de las más libres y artísticas del mundo; residir en ella como si estuviéramos en casa y salir a vivir su vida diaria, tomarle el pulso a sus gentes como un local más, como un residente que disfruta de unos días de descanso en su propia ciudad.
Visitar esta ciudad holandesa y alojarse en alguno de los Apartamentos en Ámsterdam es un placer que nadie debería perderse.
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