Los interinos del Ayuntamiento, cabreados con sus sindicatos a cuenta de la fijeza en sus puestos
Andan mosqueados los funcionarios interinos y el personal laboral del Ayuntamiento de Pozuelo a cuenta de buscar la fijeza en sus puestos de trabajo. Me cuentan que hay algunos que -en el colmo del despropósito- llevan hasta 25 años como temporales sin que el Consistorio haya hecho nada por regularizar una situación que a todas luces es injusta además de fraudulenta.
Los ánimos están calentitos en toda España, no solo en Pozuelo. Los trabajadores públicos esperan una sentencia aclaratoria y vinculante del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que parece que llegará para enero próximo. Lo que está claro es que los ayuntamientos han tirado de un abuso de temporalidad que no han querido regularizar en los últimos años. Y que muchos trabajadores consideran que el abuso de la interinidad en sus empleos sería causa suficiente para convertirlos en fijos.
Parece ser que ayer tuvo lugar una asamblea convocada por todos los sindicatos con representación en el Ayuntamiento de Pozuelo: CCOO, UGT, CSIF y los de la policía municipal. Me han llovido los comentarios al buzón, por lo que creo que estoy en disposición de elaborar una crónica como si hubiera estado allí. Omitiré los exabruptos e insultos de algún que otro exaltado que -con razón o sin ella- están cabreados con los sindicatos, especialmente con UGT.
Me cuentan que la reunión fue convocada porque a los representantes de los trabajadores no les quedó más remedio. Los trabajadores habían recogido firmas -capitaneados por un líder no sindicalista, pero caudillo de verdad, llamado Juan Antonio- para pedir a los sindicatos que convocaran una asamblea que tratara de la fijeza de los trabajadores. Y claro, no tuvieron más opción que hacerlo. Pero no habían mostrado mucho interés hasta el momento en defender los derechos de los demás; sólo los suyos. Al menos eso me cuentan mis confidentes.
Acudieron a esta extraordinaria convocatoria en torno al centenar de personas. Con empleo precario o temporal. Comenzó tomando la palabra un tal Manolo Torres, de la UGT. Me dicen que forma parte de un grupo de estudio, constituido entre varios trabajadores municipales, que ya está preparando las futuras oposiciones desde hace tiempo. Me parece algo inaudito, porque los trabajadores piden que la fijeza les venga dada a través de un concurso de méritos extraordinario, y el líder de UGT de Pozuelo está estudiando para una oposición-examen que nadie quiere…
Pero sigamos. Manolo Torres, en su intervención, afirmó que el Ayuntamiento de Pozuelo le ha transmitido su firme voluntad e interés de arreglar el proceso de estabilización cuanto antes, que se lo dijo en una reunión que mantuvo hace unos días. Y que por eso el Consistorio ha convocado a los sindicatos el próximo día 11, a una mesa informativa, que no de negociación.
En aquel momento, cunde el desconcierto en la asamblea. ¿Cómo? ¿Que el Ayuntamiento lleva años sin hacer nada por los interinos y ahora de repente le han entrado las prisas? El tal Manolo afirma que sí, que el Ayuntamiento tiene prisa y que el tema de la estabilización funcionarial se hará cuanto antes, con negociación o sin ella.
La mayoría de los trabajadores le pide que transmita al gobierno municipal que espere, que antes de reunirse para tratar el tema sería bueno conocer la sentencia del TSJUE (Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea) en el próximo mes de enero, a más tardar. Pero Manolo insiste: la reunión tendrá lugar el próximo día 11.
Y aquí es donde entran otros confidentes. Fuentes que me aseguran -y están dispuestos a enviarme las pruebas- que es la propia UGT Pozuelo la que tomó la iniciativa y solicitó al Ayuntamiento que se acelere el proceso de convocatoria de plazas. Ellos, la UGT, parece ser, asumen que no será un concurso de méritos, sino una oposición con examen y todo. Y claro, los que ya pasaron su oposición -para ser interinos o temporales- no quieren oír ni hablar de otro examen. Otra persona me ha contado que lo que ocurre es que como las academias que preparan las oposiciones están controladas y tuteladas por los sindicatos, a éstos les conviene que haya exámenes, y que la gente vaya a sus academias. Una fuente de financiación como otra cualquiera. Igual que ocurría con los cursos de formación.
Otro funcionario indignado se preguntaba si los sindicatos -especialmente UGT- estará intentando meter un gol por la escuadra al actual equipo de gobierno.
Y ya el colmo de los colmos, lo que terminó de enfurecer a buena parte de los trabajadores en la asamblea fue una frase que se le escapó al susodicho Manolo Torres, aunque luego se retractó al comprobar la reacción de su auditorio. Dijo Manolo que el gobierno municipal no le había puesto a ningún trabajador una pistola en la cabeza para ir a trabajar. Que el que está en el Ayuntamiento es porque quiere. Esto lo dijo cuando desde el auditorio se hizo hincapié en los perjuicios que ha conllevado a los temporales esta situación mantenida durante años. Casi se lo comen vivo. Al verse acorralado dijo que él no pensaba así, sino que esa frase se la había dicho alguien del equipo de gobierno municipal.
Después de tanto mensaje, tanto sentimiento encontrado, y alguna que otra mentirota descubierta, me pregunto qué se esconde detrás de todo esto. Me inquieta que los sindicatos estén a la búsqueda de sus prebendas y no pendientes de todos los trabajadores a los que representan. Los funcionarios no se explican a qué viene ahora tanta celeridad: vísteme despacio que tengo prisa, me recuerda otro.
Lo cierto es que hasta hasta diciembre de 2020 hay tiempo para que el Ayuntamiento ponga en marcha el proceso de estabilización, y que después cuenta con tres años para ejecutar la convocatoria. Por tanto, hay prisa, pero relativa.
Lo importante puede esperar. Y lo urgente debe esperar.
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