El enemigo está dentro del PP de Pozuelo
Ayer tuvo lugar en Pozuelo un acto de la máxima importancia para el PP de esta localidad.
Acudieron dos consejeros del gobierno de la Comunidad de Madrid: Enrique Ruiz Escudero, de Sanidad, y David Pérez, de Vivienda y Administración Local. Estuvo también la ex alcaldesa de Pozuelo y hoy vicepresidenta de la Asamblea de Madrid, Paloma Adrados. También ex concejales de Pozuelo. Un cartel de lujo.
El motivo de la reunión era una charla que el consejero David Pérez iba a dar a los afiliados del municipio. Pérez es una persona con fondo, con ideas, de las que faltan en el PP. Pero es que además, por el puesto que ocupa, es el responsable del dinerito que la Comunidad de Madrid va a aportar para arreglar los cascos históricos de Pozuelo, una de las promesas electorales de la alcaldesa Quislant.
Y hablando de la alcaldesa. ¿Dónde estaba Susana Pérez Quislant? Por allí no apareció. Ni tampoco la inmensa mayoría de sus concejales. Ni su personal de confianza.
Nooooo. ¿Que el gobierno de Pozuelo planta a dos consejeros del gobierno de Isabel Díaz Ayuso, que son, además del mismo partido?
Me froté los ojos cuando me lo contaron. Debe ser un error. Quislant tuvo que estar. O por lo menos Eduardo Oria, su vicealcalde. O el concejal de Policía, Pablo Gil, como Secretario General del partido en Pozuelo. O David Rodríguez, presidente de Nuevas Generaciones del PP en Pozuelo.
Que no, que no, avispita, me contestó mi gargantilla profunda. Que la alcaldesa, despechada porque nadie le consultó la fecha, decidió boicotear el acto. A la mierda la entente cordial entre ella y Enrique Ruiz Escudero, el presidente del partido en Pozuelo. A la porra sus buenas relaciones de antaño con David Pérez.
¿Tirará por la borda esta pataleta política las buenas cosas que puede hacer la Comunidad de Madrid por Pozuelo? ¿Afectará a la rehabilitación de las zonas viejas del municipio? ¿Al proyectado nuevo Centro de Salud? ¿A las posibles viviendas protegidas que la Comunidad podría construir en el municipio?
Pero es que, además, me cuentan que, días antes del evento, un esbirro de la alcaldesa -apuesto a que era Josete el espía, pero no lo sé- fue deslizando al oído de muchos concejales y eventuales que trabajan en el Ayuntamiento la conveniencia de no ir, no fuera a ser que el trabajo de alguno dejara de hacer falta en el Consistorio…
Qué pena. No era necesario.
Escribir un comentario