Encrucijada Ciudadana
En estos días estamos viviendo la actividad precongresual de la próxima Asamblea General de Ciudadanos donde elegirán las nuevas estrategias y el modelo de democracia interna que liderará el candidato o candidata que sea elegido por las bases.
A día de hoy la única es la señora Arrimadas, salvo que por higiene democrática se presente otra alternativa que impulse una mayor perspectiva pluralista que signifique la inclusión de mayores grados de competencia, tales como una mayor libertad de expresión y la libertad de elección para sus militantes desde el concepto “libres e iguales“.
Ciudadanos y sus militantes (auténticos accionistas de su partido) tiene ante sí un gran reto: devolver la ilusión y demostrar a sus votantes y no votantes que es un partido necesario en nuestra democracia. Si bien, para ello, deben aprender de los errores realizando una autocrítica valiente y sincera donde una mayor estructura democrática sea el eje principal y sus militantes sean el verdadero alma del partido, abandonando el actual tipo vertical donde las órdenes emanan desde arriba como si de una monarquía absolutista se tratara.
En relación a lo anterior, hemos podido comprobar a través de la plataforma que lidera Francisco Igea, actual Vicepresidente de la Junta de Castilla y León, propuestas como la libertad de expresión sin sanciones, igualdad de cargos y afiliados a la hora de exigir incompatibilidades, rendición de cuentas de los cargos ante la militancia y lala exigencia democrática de que las bases elijan a sus órganos territoriales, evitando de esa manera los virreinatos todopoderosos e incontrolados. En definitiva, más simplicidad y coherencia con nuestro modelo constitucional y división de poderes.
Resumiendo. Los diferentes conceptos de democracia interna, cuando sus líderes y candidatos sean elegidos a través de sus afiliados y no por el ‘dedo divino’, será entonces cuando las decisiones verdaderamente serán más inclusivas, incluyendo incluso a aquellos que son minoritarios, sin temor a ser castigados. Pues un partido democrático es aquel que internamente acepta y ejerce el pluralismo, favoreciendo la participación de sus bases y garantizando a la vez que la heterodoxia del partido no será castigada con la eliminación o separación por manifestar sus descontentos a través de liturgias cesaristas sin tener en cuenta o escuchar a sus militantes.
Es la hora de la verdad Ciudadanos, debatan sobre ideas y estrategias. Mucha suerte afiliados.
Luis Miguel Escudero Lahuerta
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