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Ciudades más cercanas a sus vecinos

Ciudades más cercanas a sus vecinos

Está en todas las conversaciones, que probablemente nada volverá a ser como antes del 14 de marzo de 2020 cuando nos recluimos en nuestras casas huyendo de un enemigo exterior invisible en forma de virus, o al menos se intuye que se producirán cambios importantes en nuestras vidas en un futuro inmediato, sobre todo en nuestros hábitos cotidianos, en las dinámicas sociales y en nuestra estancia en los espacios, urbanos, que acogen una gran parte de nuestras actividades.

Esta nueva enfermedad está modificando las prioridades vitales e impulsando muchas prácticas que ya se imaginaban pero que la pandemia que hemos sufrido probablemente impulse y consolide.


Pozuelo de Alarcón y el resto de ciudades, han sufrido los efectos de esta epidemia global en mayor medida que el ámbito rural; la concentración de personas en urbes con elevados niveles de densidad ha sido el caldo de cultivo donde se ha cebado esta nueva “peste”. En este entorno, todo parece indicar que las ciudades deben de estar más preparada ante crisis sanitarias y sociales como la que hemos sufrido, lo cual afectará a modelos urbanos, tipologías de negocios, hábitos de consumo, comportamientos sociales y un largo etcétera de nuevas variables.

El espacio urbano y el uso que de él hagamos estará condicionado en un futuro inmediato por el mantenimiento de mayor distancia social y menores desplazamientos.

El movimiento de personas tanto individual como colectivos tendrá modificaciones. Sobre todo, con la potenciación de otras formas de movilidad individual que no debe inferir necesariamente a un retorno del coche convencional sino la promoción intensa del transporte individual de carácter no contaminante.

Esta nueva situación será un catalizador para promover de una vez de forma contundente el desplazamiento a pie o en bicicleta, con el ensanchamiento de aceras y la construcción de nuevos carriles específicamente para este tipo de movilidad o incluso utilizando parte de la calzada destinada al tráfico rodado así como llevar a cabo un plan intensivo de peatonalización de calles y de dotación de corredores peatonales que conecten los diferentes barrios o zonas de la ciudad.

Particularmente en Pozuelo de Alarcón es una magnífica oportunidad para dinamizar zonas que lo necesitan, conectando el centro con la periferia, los barrios entre si e incluso con la ciudad de Madrid.

Así mismo habrá que incrementar los espacios comunitarios para uso deportivo y recreacional que esté más cerca de nuestras residencias, más fácilmente accesible para evitar desplazamientos innecesarios.

Es también un hecho que el coronavirus ha dado un impulso tremendo al teletrabajo y al comercio electrónico. No se puede perder más tiempo en un plan intensivo para conseguir de verdad una administración local totalmente digitalizada. Invirtiendo en tecnológica y formación, tanto para usuarios vecinos como trabajadores municipales. ¿Se acuerdan ustedes de la Smart City?. Ahora es el momento clave y nuestra ciudad debe de avanzar con mucha más decisión que hasta ahora, en ese camino.

Estas dinámicas urbanas inducidas por un mayor porcentaje de población laboral “teletrabajando” desde sus residencias conllevará la reducción de la movilidad y la reorganización de las ciudades sobre este hecho donde el barrio tomará un gran protagonismo, como espacio de vida cercano, ya no solo como residencia de los vecinos sino también cercano a su nuevo lugar de trabajo, su casa.

Hoy se empieza a hablar de términos como la “ciudad de 15 minutos”, que apunta a una localización de servicios mucho más próxima (ocio, comercios, administración, deportes, educación, etc.), que probablemente se tendrán muy en cuenta en los nuevos asentamientos de personas y en sus decisiones de cambios de residencias.

Habrá que replantear los espacios urbanos y allí donde se detecten carencias de lugares para la reunión o el deporte, la ciudad deberá crear zonas “ad hoc” para ello, incluso sustituyendo espacios antes destinados al tráfico de vehículos y a su estacionamiento, el objetivo será conformar nuevos espacios de proximidad.

Es previsible también la aparición de nuevos usos comunitarios como locales de reunión que complementen el teletrabajo casero, incluso edificios mixtos que acojan lugares de trabajo junto a la residencia de una forma reglada.

Desde un punto de vista normativo, será necesario revisar las concesiones de licencias de actividad permitiendo casos hasta ahora prohibidos para promover usos híbridos o el aprovechamiento de locales comerciales y de oficinas vacantes para acoger otras actividades, incluida la residencial.

Todo lo anterior siempre en clave de la sostenibilidad (las detalladas nuevas formas de movilidad no contaminante, el uso intensivo del reciclaje, el paso a modelos de energías vedes, etc.), dado que el cambio climático es ya era un gran reto antes del covid y lo seguirá siendo después.

¿Utopía?. Hay quien piensa que nada cambiará y volveremos a una conocida normalidad pero también muchos piensan que estamos ante un reto y hay que aprovechar la oportunidad.

En todo caso el debate está abierto y el camino para estas “nuevas” ciudades aún sin trazar. Confiemos que la nuestra, Pozuelo de Alarcón avance en esta era “PostCovid” hacia una localidad más humana y más sostenible.

Adolfo Moreno es vecino de Pozuelo
Miembro de la Corporación Municipal

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