El ‘guest star’

Empezaré diciendo que siento mucho la marcha de Jacobo de María. Creo que el Diario de Pozuelo y, en definitiva, el pueblo de Pozuelo pierden a un tipo con mucho talento para escribir y a un periodista con una gran agudeza para diseccionar la actualidad política.

Pero lo que más siento es que se ha ido sin que le conozca y sin que le pueda intentar convencer de que me ayude a escribir mi novela sobre las pasiones de cintura para arriba y de cintura para abajo que existen en la política municipal de un pueblo como Pozuelo de Alarcón. En cualquier caso y por si lee este artículo, trataré de explicarle un poco el ambiente en el que se desenvolvería la novela o el guión cinematográfico, que en cualquiera de los dos géneros podría encajar la historia.

La novela o el guión empezaría con un concejal, pongamos el de deportes (sin ningún tipo de segunda intención), que recibe una llamada telefónica mientras inspecciona el Valle de las Cañas. La llamada pone un rictus de desaprobación en su cara. No obstante, la acepta y se acerca el móvil a la oreja mientras observa con la mirada perdida la pista de atletismo. Se desconoce si quien le llama es el alcalde para pegarle una bronca o el padre de un amigo de su hijo que le pide enchufe para conseguir una pista de pádel un domingo por la mañana. El concejal no habla. Sólo escucha. Cerca de él, pasa un muchacho corriendo. Tampoco se sabe si va a entrenar a la pista de atletismo o huye de alguien. Lo que sí se ve al fondo es una sombra que lo observa todo tras los árboles que rodean el campo de fútbol...

No sigo, Jacobo, porque me estoy quedando sin espacio pero me imagino que con estas líneas ya puedes empezar a hacerte una idea de qué va la cosa.

De todas maneras, me gustaría presentarte a uno de los concejales que se convertirá en uno de los ‘guest star’. Le conocí de vista el otro día que me pasé por el Ayuntamiento para informarme si había cursos especiales para prejubilados y me pareció que es la persona ideal para meterlo en la novela. O en la película. Incluso para hacerlo protagonista de la misma. Y es que, cuando he preguntado por él al padre de un policía municipal que es amigo de uno de mis consuegros, me ha dicho que el tipo es, cosas de la vida, el Concejal de Seguridad.

Imagínate las posibilidades que le abre al guión un personaje que, además, es Concejal de Seguridad. Con él me vienen a la mente todas la películas americanas de serie negra que se han rodado y que se rodarán. ¿Te imaginas que mi concejal fuese una especie de Humphrey Bogart en ‘El Halcón Maltés’ o de Clint Eastwood en ‘Harry el Sucio’?. Perdona por no habértelo presentado antes: te estoy hablando de Gerardo Sampedro.

Según el padre de ese policía municipal, amigo de uno de mis consuegros, Sampedro es un tipo algo siniestro. Observador y callado. Una de esas personas con las que nunca sabes si cuando te mira te está haciendo un retrato policial o se está quedando con la matrícula de tu coche para luego investigarte. Yo, por supuesto, no me lo creo porque mi informador es un tipo que exagera mucho. Aunque, en cualquier caso, a mí me dé igual como sea. Es más, ojalá fuese así, porque, en ese caso, me bastaría únicamente con hablar con él para crear el personaje.

Más aún, qué más quisiera yo que fuese un tipo astuto y reservado como son los detectives de las películas negras americanas. Menudo chollo. Yo, además, adornaría su personaje con una cierta pinta de mafisosillo. Vamos, que de él haría un personaje fantástico. Y es que un personaje así da mucho juego a los escritores. Yo, ya desbarrando, me lo imagino, incluso, observando desde la oscuridad una escena parecida a aquel memorable inicio de ‘La carta’, de William Wyler, en el que Bette Davis mata de seis disparos a un hombre a la puerta de su casa... El problema sería, entonces, saber qué concejala podría hacer de Bette Davis. Pero ese sería un problema posterior.

Ahora de lo que se trata es de crear y ambientar el papel de Gerardo. De hacer de él un personaje recto y duro o hacerlo un poco como los personajes de detectives que interpreta Bruce Willis entre bebedor y pendenciero. En ese caso, habría que hablar con él de ello, no vaya a ser que me pasase en el personaje y terminase colgándole mala fama. Y eso tampoco estaría bien. Sobre todo en lo de la mala fama de bebedor. Quedaría fatal en un Concejal de Seguridad. Sobre todo con la cantidad de controles de alcoholemia que se hacen en Pozuelo.