Errores
Todos cometemos errores en la vida y yo, muchos más.
Efectivamente, me equivoqué. Lo reconozco. Cometí un error al querer responder a Jacobo de María. Por lo tanto, desde las mismas líneas en las que pensaba exponer mi verdad, le pido disculpas a usted y a todos los que se han podido sentir ofendidos con la primera parte de una carta que no seguiré publicando.
Le aseguro que le voy a hacer llegar a usted el resto de la carta con el único objetivo de que la lea, si le interesa.
A veces en la vida una se deja llevar por los sentimientos, antes que por la razón. Sobre todo si hay juicios de valor que hieren a tu gente, a los que quieres. Tengo un gran defecto, soy impulsiva y digo siempre lo que pienso. Y esa actitud no es una buena política de comunicación.
No he pretendido perjudicar a nadie y menos a personas a las que quiero, admiro y respeto; pero si alguien es responsable de mi reacción, es sólo mía, única y exclusivamente mía.
Sr. De María, le agradezco, de verdad, la clase que he recibido de usted y quiero decírselo públicamente y no me ruboriza el hecho de pedir disculpas, soy humana y cometo errores.
De la misma manera que pido disculpas a todos, ofrezco a todo aquél que me lo pida personalmente todas las aclaraciones que necesite. Lo digo de verdad.
Soy Concejal, por ese motivo, si alguien tiene dudas sobre mi, sinceramente tengo la convicción que está en su derecho a que se las aclare. Y lo haré.
Termino como empecé. Todos cometemos errores. Y yo, la que más.
Este diario no asume como propias las opiniones difundidas a través de las colaboraciones y cartas al director que publica.
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