Zapatero en la orquesta del Titanic
Fue el que dijo aquello tan célebre sobre el deterioro de la política
italiana: «El burdel es nuestra única institución donde la competencia
es premiada y el mérito reconocido». Creo que aquí vamos en esa
dirección. Empezábamos a conseguir que se dejase de juzgar por razones
de sexo o raza. Pero ahora se juzga por la edad. La polémica sobre el
nombramiento de Alberto Oliart como presidente de
RTVE se ha montado no sobre la idoneidad del personaje, al que casi
todos reconocen su independencia, sino sobre su edad. Voy
contracorriente. A mí, sus 81 años me importan exactamente una higa. Ni
siquiera me interesa su inexperiencia en asuntos audiovisuales. Si es
inteligente, y tiene sus facultades mentales a pleno rendimiento, es lo
de menos. A mí me preocupa lo que todo el mundo está elogiando. Su
supuesta independencia.
Hay que retroceder al Fichero de Altos Cargos de la época de UCD para conocer la biografía de Oliart.
Pero aquí lo esencial ahora es saber lo que ha hecho últimamente. Es
decir, sus últimas apariciones públicas. Que curiosamente han sido en
el Grupo Prisa, donde colaboraba como tertuliano en la Cadena SER y
como autor de esporádicas columnas en El País. Y en Prisa, ya sabemos todos de qué manera hay que opinar. Su independencia está pues en entredicho. Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría
se podrán dejar engañar. Pero yo no estoy por la labor. Y no me creeré
nunca la imparcialidad y la pluralidad de RTVE hasta que no vuelva José Luis Balbín con La Clave. Esa es la prueba del nueve. Todo lo demás es literatura para membrillos.
Cuando el dedo señala la luna, el tonto mira al dedo. Yo no miro a Oliart. Miro a Miguel Ángel Sacaluga.
Durante años ejerció un férreo control en los telediarios. Fue el
comisario político del PSOE en TVE y ahora es miembro del Consejo de
Administración. Todo apunta a que Oliart saldrá en las fotos y este pájaro se ocupará del negocio. Estén atentos a la pantalla. Vienen tiempos difíciles para Zapatero.
Más aún. Incluso sus forofos ya han descubierto hasta dónde puede
llegar su incompetencia. Muy lejos. De momento hasta el Océano Índico.
La gestión del ‘Alakrana’ es un completo desatino de principio a fin.
Imposible más improvisación e inepcia. Hay una gran diferencia entre
conocer el camino y recorrer el camino. Este gobierno ni siquiera
conoce el camino.
Estamos ante un gobierno que naufraga. Pero Zapatero
no es el capitán del barco. Sólo es el director de una orquesta que
sigue tocando sus instrumentos para distraernos mientras el barco se
hunde. Como la Orquesta del Titanic, la Wallace Hartley Band.
Sus integrantes seguían interpretando impertérritos su repertorio
mientras el más moderno trasatlántico de todos los tiempos se hundía en
las frías aguas del Atlántico Norte. El presidente del Gobierno va a
necesitar los telediarios más que nunca para seguir haciendo demagogia.
Adornada con bonitas sonrisas vacías. Aunque yo cuando veo a Zapatero en televisión me tranquilizo. No se precipiten. Más despacio. No me he vuelto loco. En los telediarios Zapatero
se esfuerza. Da lo mejor de sí mismo. Se supone que se lo prepara. Y
preparan. Lo peor no es cuando sale en el telediario. Lo peor es lo que
ocurre fuera de las imágenes. Lo que no se ve.
jacobodemaria2@gmail.com
* Este diario no asume como propias las opiniones difundidas a través de las colaboraciones y cartas al director que publica.
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