El triunfo de La Lira
No había sido el triunfo de uno. Era la victoria de todos. Y quizás por eso, y no solo por eso, se supo vencer con elegancia. Satisfacción, mucha satisfacción por la victoria conseguida, pero ninguna por la derrota de los contrincantes. Era la meta por la que se había trabajado, por la que se había luchado. Una meta que primero fue un sueño y que luego se fue transformando en objetivo, en posibilidad.
Y para la consecución de ese objetivo habían colaborado muchos, muchas horas, muchos días. Y nada proporciona más satisfacción que aquello que se consigue a base de renuncia, trabajo, esfuerzo y dedicación. Hace pocas fechas “La Lira de Pozuelo de Alarcón” conmemoraba los veinte años de su existencia. Y su victoria, la victoria de Valencia, no deja de ser el premio a cuantos a lo largo de todos esos años han ido haciendo “La Lira”.
Desde aquellos “locos” que un día tuvieron el arrojo de crear una nueva asociación musical hasta los que se han incorporado a ella en épocas recientes. Años de ensayo en sitios tan poco apropiados para ello como un garaje. Años de dificultades económicas para sacar el proyecto adelante. Años de robar horas al descanso y al sueño. Años en los que lo importante era hacer, paso a paso, el camino.
En el Palau de la Música de Valencia estaba la bandera de Pozuelo. Una enseña que se hizo ondear de forma orgullosa, primero tras la actuación y después tras el triunfo. Y esa bandera nos representaba a todos los pozueleros, porque todos y cada uno de nosotros debemos sentirnos orgullosos de contar en nuestro pueblo con una institución como La Lira. Un ejemplo, no por los triunfos conseguidos, que también, sino por ser un referente para todos nosotros de lo que significa trabajar y poner empeño en una tarea. Mis felicitaciones a La Lira. Mis felicitaciones a Pozuelo.
Félix Alba
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