Berlanga

Quería hacer una película sobre una mujer que estaba desnuda y los apuros que pasaba su novio hasta conseguir vestirla, que era lo que le excitaba realmente... Nos lo contaba en el Club Siglo XXI, en lo que resultó ser la entrevista estrella de "Pornografías IV. El sexo es tan frágil como el amor". Carmen de la Guerra llevaba unos taconazos que le tenían feliz e intrigado y hablaba del sadomasoquismo con ternura y del erotismo que competía con el cine en interés para él.

La primera vez que le entrevisté fue en su magnífica casa de Somosaguas, y yo no había conocido nunca a nadie con un sentido del humor tan especial y tan poco complaciente. Sabía de su amistad con el doctor Benjamín Ibarrola, con el que compartía secretos que nunca sabré y su elegancia de dandi. Recuerdo aquella entrevista como la única que me han censurado -autocensuras aparte-. Transformaron mi titular "lo que desearía hacer con una mujer es comérmela", por el más casto de "adoro a las mujeres". Al recordarlo casi me parece "berlanguiano".

También quiero rescatar aquí el encuentro que organizó María Jesús Castillo en la Biblioteca Miguel de Cervantes: Luis García Berlanga y Fernando Vizcaíno Casas, que además habían sido vecinos en Valencia. Casi inenarrable y genial.

En El Foro tuvimos la suerte de tenerle en junio del 2006, en la inauguración de HMSXLDDS. Llegó en busca de una inmensa mujer de tamaño natural de Kiko Feria, pero el idilio no cuajó, porque no llevaba tacones. Estuvo genial. Quería pasar desapercibido entre la gente y no era fácil. Allí estaba Óscar Fuster, autor de una escultura que aparecía en París Tombuctú, que se paseó en coche por todo Madrid... Pero eso es otra historia.