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Estás nominado, concejal

Estás nominado, concejal

Debo reconocer que cuando llegan estas fechas, me sulibello. Subidón total. Y es que, a tres meses escasos de las elecciones municipales, siempre me vengo arriba. Llega la hora de la venganza del ciudadano, la hora de la verdad del político, su corredor de la muerte y a mí me encanta afilar la pluma para hacer la crítica más mordaz. Durante estos cuatro años, los políticos apenas han hecho caso a las llamadas de atención de los analistas o de la oposición y, mucho menos, a las llamadas de socorro de los contribuyentes pero, a tres meses de las elecciones, las cañas se vuelven lanzas, el poder vuelve al pueblo y los políticos se echan a temblar. Se temen lo peor. Y eso me pone mucho.

Lo que yo daría para que las listas de esas elecciones fuesen abiertas. Lo que yo daría por ver a cada ciudadano elegir en plena libertad a los concejales que quisiese y no tuviese que limitarse a votar una lista que, cada cuatro años, la llenan, en parte, una buena cantidad de arribistas, de pelotas y, en muchos casos, de gente poco preparada para aspirar a tan digna responsabilidad. Pero las reglas del juego son las que son y a los partidos políticos, por ahora, no les interesa ofrecer esas listas abiertas porque arriesgarían demasiado y, de paso, no podrían pagar favores y fidelidades en ellas.

Dicho esto y ante la imposibilidad directa de que el ciudadano ejerza su libertad total, creo que ha llegado el momento de echar cuentas. Y por eso le he pedido al director del Diario de Pozuelo volver a estas páginas. Para echar esas cuentas. O para ayudar a echarlas a los contribuyentes. Porque a los ciudadanos no se nos puede olvidar lo que ha pasado en estos cuatro años. No se nos deben olvidar tantos actos de soberbia. Tantos actos de prepotencia. De abusos. De gestos inútiles. De gastos innecesarios. De acciones poco edificantes. Y de traiciones, en definitiva, al voto recibido hace cuatro años.

Con mi vuelta quiero aportar mi granito de arena a ese recuento y a esa reflexión porque, ahora, los políticos en general y los pozueleros en particular se vuelven dóciles. Casi humanos. Amiguetes. Conocidos de toda la vida y hay que tener cuidado con ello. Curiosamente, algunos hasta dejan de mirar por encima del hombro y ya no se sienten elegidos para la gloria como han hecho durante cuatro años. O elegidas para la fortuna, que de todo ha habido en esta viña de Pozuelo de Alarcón.

Por eso, ahora, quiero poner a cada uno en su sitio. No todo puede valer por un voto. No todo vale para seguir sirviéndose del cargo y no sirviendo a los ciudadanos. Ni siquiera vale que se muestren arrepentidos. Casi penitentes. Haciendo promesas incumplibles. Pidiendo perdón. Haciéndose asequibles o, incluso, vulnerables. Eso ya no vale. Lo hecho, hecho está y hay que apechugar con ello. Y no todos los concejales de Pozuelo pueden pasar el corte, como se dice en el golf. Ni siquiera para ir en esas listas cerradas con alguna carencia democrática.

Lógicamente, los viejos lectores de este diario ya saben en qué va consistir ese recuento. A los nuevos, sólo les diré que, día a día, iré nominando a cada uno de los concejales y les iré haciendo un traje a su medida, aunque estoy seguro de que a muchos y a muchas siempre les quedará grande haber sido Concejales de Pozuelo.

Capitán Possuelo


* Este diario no asume como propias las opiniones de los colaboradores ni las cartas al director


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