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Padre Vallet: las obras más polémicas de Pozuelo llegan a su fin

 

El 28 de marzo se daban por finalizadas las polémicas obras en Pozuelo tras la inauguración de la nueva Plaza peatonal del Padre Vallet. El alcalde del municipio, Gonzalo Aguado, acompañado del concejal de Obras, Pablo Gil, y los responsables del proyecto, inauguraron la nueva plaza peatonal, el centro cultural y el parking subterráneo de la misma, que llevaba más de dos años en obras.

Desde el comienzo en junio de 2008, las obras se han paralizado en más de una ocasión y los comerciantes de la zona afectada convocaron sucesivos actos de protesta. Sólo ocho meses más tarde del inicio, el alcalde de Pozuelo admitía en unas declaraciones hechas a este diario, que las obras "llevaban un retraso de tres meses" con motivo de la inclusión en el proyecto de un segundo túnel de comunicación con la calle Béjar, a petición de los propios vecinos.


Comercios

En ese mismo mes, febrero de 2009, también tuvo lugar el primer acto de protesta por parte de los comerciantes frente al Ayuntamiento del municipio. Apoyados por el Grupo Municipal Socialista, los mercantes cerraron sus comercios y se reunieron frente al consistorio junto a un centenar de vecinos para demandar algún tipo de subvenciones a la Concejalía de Hacienda para los más afectados. Finalmente, el Ayuntamiento anunciaba en el mes de mayo su decisión de repartir medio millón de euros entre los comerciantes para paliar las fuertes pérdidas de sus negocios, las ayudas tuvieron un importe de entre 400 y 13.000 euros por establecimiento.

Tras la demolición total del antiguo edificio del Ayuntamiento en ese mismo mes de mayo, el concejal de obras del PP, Pablo Gil se pronunció en Pozuelo Radio">Pozuelo Radio para explicar que no había sido posible conservar nada del edificio original, como se previó en un primer momento, debido a que por el mal estado de los materiales "hay unos riesgos de seguridad de problema de derribo que implican una falta de seguridad en la construcción del futuro edificio" según explicó el concejal. Además anunció que "si no tenemos ningún imprevisto" se preveía que las obras finalizasen en el plazo de un año - plazo que se venció y las obras se encontraban en 'punto muerto' porque la empresa encargada de las mismas, Ploder Uicesa, tenía problemas de pago con sus subcontratas-.

Grúa

La crisis financiera de Ploder, empresa que ya había declarado su insolvencia en octubre de 2009 y que no permitía hacer frente a los pagos se prolongó; en febrero ya se hablaba de una posible quiebra. Mientras, las obras seguían paralizadas.

Esto fue la causa principal que llevó a David Cediel, un trabajador de Jigar S.A.- empresa subcontrata de Ploder-, a subirse el lunes 31 de enero de 2010, a una grúa situada a más de 40 metros de altura, en plena plaza con una pancarta en la que se podía leer "Ruina consentida" en reclamo del pago de una deuda de 140.000 euros.

El trabajador estuvo apoyado por una multitud de vecinos y comerciantes acompañados por el Grupo Socialista y un representante de UPyD, quienes aprovechando la ocasión denunciaron una vez más lo cansados que estaban porque "las obras no paran de retrasarse y no se sabe hasta dónde el comerciante va a poder sobrevivir. Llevamos una época en la que han cerrado muchos comercios".

"Lo que no es posible, es que a la obra le queda un 60% y el señor- refiriéndose al dueño de Ploder- dice que no hay dinero, entonces que el Ayuntamiento se centre en saber dónde está el dinero" declaró Cediel en Pozuelo Radio desde la grúa. Además, anunció su idea de continuar hasta haber conseguido su objetivo:"¿renunciar? Hombre, yo en ningún momento (..)A mí ese dinero me hace falta. Yo renunciar cómo voy a renunciar, ¿voy a renunciar yo a los 140.000 euros?" declaró en una entrevista en este medio.

Ante los hechos, el Ayuntamiento se pronunció al respecto haciendo de mediador entre ambas empresas, Plocer y Jigar, pero aclarando en todo momento que el problema venía dado por un contrato privado entre dos empresas ajenas a la administración pública. Por su parte, el alcalde de Pozuelo se reunió con los responsables para exigirles garantías en la financiación de las obras.

La protesta se prolongó varios meses, Cediel sólo se bajó temporalmente de la grúa el 17 de febrero, más de dos semanas después del inicio de su protesta, para acudir al nacimiento de su hijo. La protesta siguió encabezada por Sandy, compañero de Cediel y trabajador de Jigar, pese a la valla metálica que se instaló alrededor de la grúa para evitar nuevas subidas. Cediel volvió a las alturas junto a Sandy y el 3 de marzo se unió Doney, el que sería el tercer protestante en las alturas.

Mientras tanto, Ploder, la constructora que llevaba las obras de la Plaza del Padre Valler, salió a concurso de acreedores en febrero, ofreciéndose a pagar el 60% de la deuda a sus acreedores y proveedores, mientras el 40% restante lo abonaría en un plazo de tres años.

La protesta de los trabajadores de Jigar S.A seguía durante el mes de mayo en lo alto de la grúa situada allí mismo. Para esta fecha ya se podía apreciar parte del resultado final, los muros exteriores ya estaban levantados, lo que permitía hacerse una idea de lo que sería la futura plaza.

Política

Todos estos trabajos en mejora de la Plaza del Padre Vallet han estado enmarcados dentro de una continua polémica marcada por socialistas y populares.
Junto a los comerciantes y vecinos se encontraba en todo momento un apoyo de la oposición. La portavoz socialista, Eva Izquierdo, declaró que "el grupo socialista lleva denunciando la situación de las obras muchos meses. La respuesta que hemos recibido es que mentíamos, pero el tiempo nos ha dado la razón. Vemos como hay un trabajador de las contratas ha tenido que subirse a la grúa para reclamar lo que se merece".


También en apoyo a las propuestas, un representante de UPyD señaló que el grupo "está aquí para apoyar a este trabajador y a los comerciantes de Pozuelo. Hay un incumplimiento de plazos prácticamente asegurado. El Ayuntamiento tiene que tomar cartas en el asunto y no esperar a ver qué pasa con el proceso pre-concursal en el que está sumido Ploder y que puede suponer la paralización de la obra, con todas las consecuencias que supondría para vecinos y comerciantes".

Por su parte, el alcalde de Pozuelo, Gonzalo Aguado, acusó al PSOE de "incitar a los trabajadores para que sigan en la grúa y proponer una disparada rescisión del contrato, teniendo la paralización total de las obras como último fin" identificándole así como el principal culpable de las interrupciones y paradas que han caracterizado esta obra.

En cuanto a los costes, la adjudicación del contrato se hizo por 23.669.041 euros y el Ayuntamiento debía aportar 5.162.000 euros, pero posteriormente el PP aprobó una modificación del proyecto y de contrato por un importe total de 4.083.949 euros.

Según el PSOE, "la obra ha sufrido multitud de cambios, de incidentes y de retrasos y hasta el mes de noviembre pasado el Ayuntamiento había pagado a la adjudicataria de las obras 3.502.237 euros".

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