Afrontando la crisis

Ya ha pasado la visita del Papa a Madrid. No he podido asistir al evento, pese a que me hubiera gustado porque, como boliviana, soy algo cristiana y me hacía ilusión sentirme joven mezclada con los peregrinos, incluidos algunos de mis compatriotas venidos acá y que retornaron con alegría. Como es obvio en la empresa en la que estoy empleada de becaria no me habrían dejado asistir ni siquiera pidiendo permiso, visto lo que han escrito del papa, y además estoy agobiada de trabajo en unas jornadas de 12 horas diarias, incluyendo festivos. En compensación he echado cinco euros, no tengo bolivianos, en el cepillo de una iglesia sin que se enteren en el grupo empresarial privado para ayudar. Pero no acabo de entender a mis compañeros indignados, porque, sin ser becarias como yo, siguen las mismas directrices que nos dan a las becarias del grupo de empresas en el que trabajo, respecto a la Iglesia y a la situación económica. Tenemos que hacer ver que la culpa de la crisis la tiene el coste de la visita del papa.

Respecto a la crisis económica, como toda la izquierda, estamos haciendo frente informativamente a algunos periódicos de derechas que llevan bastante tiempo diciendo que España está al borde del abismo económico con la única intención de desprestigiar a nuestro líder Zapatero. Zapatero siempre ha negado lo crisis, especialmente antes de las últimas elecciones. Es un invento de la derecha y, si la hay, la deben pagar los que la han provocado: los mercados y el capital.

En la izquierda no vamos a renunciar a las políticas sociales ni al estado de bienestar. Significaría dejar desamparada a mucha gente que vive de la políticas sociales de la izquierda porque no puede trabajar: grupos feministas, colectivos de homosexuales, grupos culturales alternativos -de donde salen la mayor parte de los indignados-, sindicatos de clase multitudinarios, el amplio colectivo de artistas (y no me refiero sólo a las grandes figuras del cine, sino a los miles de figurantes que trabajan muchas veces en condiciones más precarias que yo, sin contrato y sin seguridad social y sólo cuando les llaman los productores), etc. Zapatero lleva tiempo evitando recortar nuestros derechos adquiridos e ignorando la crisis, pero puede ser que después de las elecciones venga la derecha a arrancárnoslos con el pretexto de la crisis. Tendremos que salir a la calle a defenderlos y, si hay que recortar derechos, recortárselos a ellos.

La izquierda puede hacer una mejor gestión de la economía, más si está apoyada por empresas privadas como la mía. Si Zapatero se retira, la persona más idónea para dirigir la economía del país, según piensan en el grupo de comunicación para el que trabajo, es el ministro José Blanco. Consideramos que hay que dejarle a él sólo la dirección de la economía española. Es un hombre preparado que, con su capacidad intelectual y de dirección puede, con toda seguridad, generar confianza para hacer frente a los mercados sin necesidad de acudir a la moto-sierra de la derecha, él mismo lo ha dicho. Ningún socialista cuestiona su habilidad como timonel de este barco de todos que es España y, además, merecería el cargo por su enorme contribución individual al estado del bienestar que nos hemos dado entre todos y por su hunradez.

Jennifer García