Comunistas de RTVE
Los representantes del PP en el Consejo de Administración de RTVE habían pedido un control de los contenidos informativos ante la próxima campaña electoral, posiblemente con la simple intención de atenuar la habitual manipulación informativa de todos los medios del sistema. Rápidamente se presentó, por los sectores más radicales de la izquierda sindical subversiva, como un recorte de libertades de los “profesionales” del “ente” y dieron marcha atrás en lo que parece un simple gesto de cobardía por una acción imprudente más de los “complejines”.
Pero ese hecho provoca una reflexión. Todos los informativos de los treinta últimos años de RTVE, igual que las restantes cadenas de la gaycracia, son meros publirreportajes sectarios, donde siempre aparece una desgracia humana que mueve a compasión y que insinúa un culpable de derechas y un filántropo de izquierdas cuyo pasado o carácter terrorista se ignora por ser gay. RTVE no ha dado ninguna noticia perjudicial para el poder mafioso y criminal que está enmascarado detrás de ella. Han dado más importancia y protagonismo al accidente de un torero que a la investigación del 11-M. Jalearon a los que denunciaban la guerra de sangre por petróleo en Irak pero callan ante la guerra de ZP y Pepiña, la que se reúne en gasolineras con empresarios, en Libia y su venta de bombas de racimo para ser usadas contra la población civil, sin que haya petróleo en juego (en contra de lo que dice Liberation). Dos simples ejemplos de “profesionalidad” sindical entre los miles posibles.
Comunistas y socialistas mugrientos, manchados aún por el sanguinario resentimiento estalinista y republicano, que quieren hacer de los profesionales de la medicina meros agentes ejecutores de las intelectualmente indigentes órdenes de la Pajín o de la saqueada Junta socialista de Andalucía, a los que no conceden libertad de conciencia y amenazan con echar de la Sanidad pública si se niegan a realizar abortos o eutanasias masivas como las del Sendero Luminoso de Leganés, defienden que los “profesionales” de RTVE hagan lo que quieran con un “servicio público”. ¿Se debe sólo a que son todos gais, a que son terroristas de la información o sindicalistas, caso de que eso sea diferente?
Parece que RTVE ha fracasado porque no ha conseguido, con su manipulación, que amplios sectores de la población española acepten el rito de paso necesario para entrar en ese ente o antro; pero el coste ha sido elevado. Cabría recordar que Camilo José Cela dijo que enviaría allí a su hijo en caso de que fuera gay (Pido disculpas por no usar la palabra española que empleó el Nobel y que no puede decirse sin consecuencias estigmatizadores en la demo-gaycracia de ZP); no ha habido gay notorio que no haya tenido su oportunidad televisiva a costa del público pagano español.
Creo que el PP, siguiendo la propuesta de privatización de Telemadrid hecha por Esperanza Aguirre, debería regalar la RTVE a esos “profesionales” con la deuda acumulada en los 30 años de trabajo “profesional” de esos “trabajadores” stajanovistas y que algo tendrá que ver con la crisis, para que no sólo la tengan como suya sino que realmente sea suya. Eso sí, debería reservarse el Estado la propiedad de las instalaciones y que, si quieren, la financien con una “X” en la casilla del IRPF similar a la de la Iglesia, para que comprueben si tienen el apoyo social que se auto-atribuyen cuando informan “gratuitamente”.
Este diario no asume como propias las opiniones difundidas a través de las colaboraciones y cartas al director que publica.
Juan Antonio Martínez Muñoz es profesor titular de Filosofía del Derecho de la Universidad Complutense de Madrid.
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