Luis San Román Gomendio. In Memoriam
En las siguientes líneas quiero destacar algunos momentos que me han unido a Luis y que representan lo que él ha significado para mí. Cómo no podía ser de otra manera, si tengo que repasar mi amistad con Luis tengo que hablar de cine; de su cine quiero decir.
'TOM'. EL AMIGO IMAGINARIO
Cuando le vi hace unas semanas, Luis me entregó su último corto para que lo leyera. 'Tom', así se llamaban el corto y un personaje de la historia, es uno de los guiones más íntimos que Luis ha escrito. La historia habla sobre un niño pequeño que tenía un amigo imaginario que lo acompañaba en todo momento. Jugaba, comía y hablaba con él cuando estaba solo. Nadie podía ver a su amigo imaginario hasta que, un día, la familia recibió una visita de una amiga que estaba atravesando un momento muy difícil por la pérdida de su pareja. Al entrar por la puerta, para sorpresa del niño, la amiga, Elena, consiguió ver a Tom e incluso se comunicó con él. El niño no entendía cómo alguien podía ver a su amigo imaginario, pero entendió rápidamente que Elena lo veía porque también ella lo necesitaba. Después de la cena, Tom se marchó con Elena y el niño perdió a su amigo imaginario que tantas veces le había ayudado. No lloró porqué entendió que quizás Elena lo necesitaba más que él.
Así acaba el corto y así era LuIs. Una persona capaz de entregarse a los demás y dar todo para que la gente a su alrededor se encontrara a gusto. Al escribir estas líneas trato de imaginar quién era LuIs en esta historia, si el niño que fue capaz de renunciar a su amigo imaginario por alguien que lo necesitaba más, o el amigo imaginario que siempre estuvo presente para ayudar a los demás. Yo creo que Luis era los dos al mismo tiempo.
EL TALÓN DE AQUILES
En cualquier caso, Luis fue siempre un guerrero y su vida fue pura decisión. En su cuarto había un enorme cuadro de Aquiles que uno de sus innumerables amigos le había pintado. Recuerdo que el cuadro de Aquiles fue una de las cosas que me enseñó cuando entré en su cuarto por primera vez. Era un día por la mañana y estábamos Luis, Hélène, Belén y yo.
Luis siempre firmó sus películas como Luis Aquiles, pero ahora me doy cuenta de que 'Aquiles' era más una metáfora que una admiración por el personaje concreto. Aquiles era el arquetipo: un hombre duro en la batalla, honrado y sensible en la amistad con un punto flaco. Luis amaba la Historia y, sobre todo las historias de guerreros como la de los guerreros Khan que me contó en el hospital, pero ahora entiendo que a Luis lo que le gustaba era la épica. Le gustaba leer épica pero, más que nada, le gustaba vivir de forma épica, luchando cada día a pesar de su fragilidad.
De hecho, su relación con el cine fue pura épica. Se lanzó a la dirección sin tener ningún medio, más allá de una cámara de video, y sin ningún curso de formación universitario. Era todo pasión, ilusión y ganas de contar lo que se le pasaba por la cabeza. Nunca dudó un instante que eso era lo que le gustaba hacer y para sacarlo adelante se apoyó en todos los recursos que tuvo a su alcance. Nunca dijo que no a nada y a nadie. ¡Ni siquiera me dijo a mí que no cuando estábamos grabando uno de sus primeros cortos y le traje un sistema de iluminación casero que en otras situaciones le hubiera hecho reír a cualquiera!
'EL PADRE'
La historia de Luis comenzó sin medios pero con decisión. Cuando vi 'El Padre' me emocioné al ver que algo había cambiado. El corto fue un punto de inflexión en su trayectoria como cineasta. Todo había mejorado, desde la narrativa de la historia, a la selección de los personajes, la fotografía, el color... Para quienes habíamos estado con él desde sus comienzos en el cine fue conmovedor.
Aún recuerdo cuando le eché una mano en uno de sus primeros cortos. Al poco de conocernos, Luis me enseñó un guión. Afortunadamente muchos de mis amigos y yo estábamos desempleados así que decidimos echarle una mano. Yo no hacía demasiado, porque de cine no sé nada, pero le llevaba en coche a todos lados. Estando con él mientras dirigía me hizo admirar su capacidad de liderazgo. Era impresionante ver cómo con su edad manejaba a jóvenes y viejos por igual, dando instrucciones aquí y allá.
El último día que le vi en el hospital, Luis le mostraba unas fotos de la familia a la enfermera mientras le contaba de donde había salido su pasión por el cine. Le decía que debido a su corazón, nunca había podido escoger entre demasiadas cosas y que por eso se vio forzado a escoger una sola, el cine, y que desde que lo hizo siempre se entregó a ella por entero. Repitió varias veces que si algo bueno había tenido lo de su corazón era que le había hecho descubrir desde muy pronto una pasión que le había dado sentido a su vida. Una vez más, creo que su obra habla de él. Luis siempre tuvo algo de padre. De alguna manera, era más maduro que todos los que estamos aquí hoy. Supo dirigir películas pero, sobre todo, supo dirigir su vida y creo que eso se debe a que tenía claro lo que quería.
Aquiles, el guerrero, era implacable en la batalla, pero honrado y sensible en la amistad. Sólo tenía un punto débil. Tom, el amigo imaginario, era bondadoso y siempre dispuesto a ayudar. Pero un día tuvo que desaparecer. Hoy Luis no está con nosotros pero nos quedan muchas cosas aquí que nos harán recordarle para siempre. Nos quedan sus películas y los guiones que escribió que nunca llegó a realizar. Y sobre todo, nos queda el ejemplo de su persona, que ha de recordarnos que nuestro paso por la vida es fortuito y que, pase lo que pase, debemos vivir siempre con pasión, cariño e ilusión.
Hasta siempre, amigo.
Antonio
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Luis San Román Gomendio falleció el pasado 6 de septiembre a los 25 años de edad. Llevaba varios años colaborando en Pozuelo Radio">Pozuelo Radio, en el programa de cine El Proyector.
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