Rosa Díez debería optar a la Secretaría General del PSOE

Hace tiempo que vengo analizando el fenómeno político UPyD y buscando una explicación que, por cierto, no encuentro. Y no la encuentro porque España es una nación de blancos o negros. Sin grises. Un país en el que cualquier cosa pone en marcha un sentimiento atávico de dos Españas y en el que se vota a unos o a los otros porque sale de los mismos centros de cada uno. Sin más. Porque sí. Por eso, me llama la atención el nacimiento de un partido para ocupar un centro político inexistente, porque en España, insisto, se vota siempre a rojos o azules, salvo que se haga a la contra. Como castigo.

Ahora, la estupidez de un miembro de esa UPyD ha hecho que me ponga a reflexionar en voz alta. Y digo estupidez por no llamarle de otra manera más fuerte. Porque no es de recibo que un partido cuya lideresa basa una gran parte de su carga política en la lucha sin cuartel contra el terrorismo, uno de sus miembros llamado Toni Cantó se dedique a hacer bromas con ese terrorismo y quiera volar la sede de la RTVV porque no le gusta la deuda que tiene. Una deuda, por cierto, provocada por muchas cosas pero, entre ellas, por haber contratado a gente como el susodicho Cantó. Pero, al margen de todo, esa estupidez de Toni Cantó lo único que demuestra es que UPyD es un partido aluvión al que se han ido apuntando personas de todo tipo y condición para buscar un sitio al sol.

Siendo así, ¿por qué UPyD ha subido en estas últimas elecciones? No lo sé. Supongo que como castigo al PSOE y por no votar PP. Porque, seamos serios, UPyD es un partido de izquierda que nació como escisión del propio PSOE.

UPyD es una organización que surgió del revanchismo de la propia Rosa Díez contra José Luís Rodríguez Zapatero. Es así. Y no por ello hay que rasgarse las vestiduras. Y en ese revanchismo es donde debo encontrar una explicación a mi pregunta. Una explicación, por cierto, que nos lleva directamente a la ideología del propio PSOE.

UPyD nació como consecuencia de la deriva que estaba tomando el PSOE con su política nacionalista-separatista y, especialmente, con su política de conchabeo con el terrorismo de ETA y sus adláteres. Y eso a Rosa Díez le chirriaba.

También irritaba a la señora Díez aquello de que España ya no era una nación o, al menos, que el concepto nación, en España, ya era discutible y discutido y, por supuesto, le crispaba el adanismo zapaterista que alejaba a los socialistas españoles a pasos agigantados de lo que había sido el Partido Socialista Obrero Español.

Ante esa deriva, Rosa Díez, que había perdido la elección a ser Secretaria General del PSOE en el Congreso que ganó Zapatero por los pelos y las traiciones, empezó a criticar duramente al partido. Como esas críticas la pusieron en el disparadero y al borde de la expulsión del PSOE, ella decidió abandonarlo y crear un nuevo partido. La razón fue bien sencilla: el PSOE ya no era el partido socialista del que ella había sido una alta dirigente.

Y creó UPyD. Pero UPyD era el PSOE. Es el PSOE. El PSOE que salió de Suresnes, aquel Congreso que cambió su orientación política e ideológica y que eligió a Felipe González como Secretario General. Un PSOE Nuevo y moderno, heredero del PSOE Histórico pero alejado de sus planteamientos radicales de la República.

Pero este PSOE de Zapatero ya no era aquel PSOE Nuevo de Suresnes. No era un partido nacional sino un partido de taifas que, además, negociaba con los terroristas que habían matado a muchos españoles y, entre ellos, a muchos socialistas. Para Díez había que volver a la vieja ortodoxia, pero ella no podía llamarle PSOE.

UPyD no es más que parte de los restos del naufragio del zapaterismo. De hecho, y aunque algunos medios de comunicación hayan intoxicado diciendo que su subida electoral se ha debido a una ocupación del centro, está claro que sus votos son de socialistas que, como la propia Rosa Díez, no soportaban la herencia de Zapatero.

Es más, creo que en un momento tan delicado como el actual para el PSOE, Rosa Díez debería volver a su casa madre y optar a la Secretaría General en el Congreso socialista de Febrero. Ganaría con toda seguridad. Porque elegir entre Rubalcaba y Chacón es elegir más zapaterismo y ella sería una tercera vía que conseguiría devolver al PSOE al lugar de donde nunca lo debió sacar Zapatero.

A fin de cuentas, UPyD es un partido socialista sin más ideología que la socialista y creado como muestra de rebeldía por una socialista.

La Piraña del Meaques