Esperanza ganó el Congreso socialista de Madrid
Los socialistas madrileños han decidido suicidarse definitivamente y han elegido nuevo secretario general a Tomás Gómez. Claro que, lo mismo, al que han querido ajusticiar es a Alfredo Pérez Rubalcaba. O puede que las dos cosas. O puede que ninguna. O puede que vaya usted a saber… Porque si Tomás es un inútil total, el hecho de elegirle tal vez pueda significar que le han querido dar una patada donde la espalda pierde su honroso nombre al gran Alfredo. Nunca se sabe en el PSM. En cualquier caso, todo parece urdido por Esperanza Aguirre porque es difícil que, con Tomas, el PSOE pueda recuperar Madrid.
Gómez es una paradoja. Algo inexplicable. Y a más se le conoce, más piensa uno en cómo fue posible que ganase en Parla, siendo además el alcalde más votado en términos porcentuales de España. ¿Qué le vieron los parleños a este personaje fatuo y antiguo? Nunca lo sabremos. Como tampoco sabremos nunca cómo pudo ser elegido secretario general de PSM y, encima ahora, ser reelegido.
Una cosa así sólo se entiende desde la ruptura interna del propio Partido Socialista de Madrid. Mejor dicho, desde la propia Guerra Civil que existe en el partido desde sus orígenes. Una guerra civil en la que unos prefieren no ganar elecciones con tal de que pierdan los otros. Todos contra todos. Y desde el aprovechamiento de esa división por parte de Esperanza.
Tras el Congreso socialista de Sevilla, escribí en esta misma columna que Tomás, con la victoria de Rubalcaba, se quedaba colgado de la brocha porque le habían quitado la escalera que le sostenía al haber estado apoyando abiertamente a Came Chacón. Es más, le auguraba escaso tiempo en la secretaría general del PSM. Me equivoqué. Los socialistas madrileños están peor de lo que yo creía. Cuando todos pensábamos que los socialistas madrileños se iban a tirar a la yugular de este personajillo, decidieron ponerle en frente a una corderita para que se la comiera con patatas. Cartucho ahorrado.
De hecho, Gómez se impuso en las urnas del Congreso regional del PSM por un 59% de los votos, frente al 41% que cosechó su rival, la rubalcabista Pilar Sánchez Acera. Una mujer que en política lo más redondo que había visto en su vida había sido una pastilla de chocolate y que estuvo condenada a morir desde que la propusieron como alternativa.
Por eso, tras este Congreso socialista del PSM, da la sensación de que todo fue preparado por Esperanza Aguirre en su propio beneficio. Porque no se pudo hacer peor para el futuro de los socialistas en Madrid. Estoy seguro de que, incluso, fue Aguirre la que redactó el discurso previo a su reelección que pronunció Gómez. Porque en él, ex alcalde de Parla no pudo ser más antiguo y casposo cargando duramente contra el PP porque "se sustenta en el integrismo de la religión y los mercados" y porque su proyecto "necesita madurar". Madurar para terminar de achicharrarse.
En definitiva que estoy convencido de que fue Esperanza la que ganó el Congreso de los Socialistas madrileños. Porque, con Tomás Gómez, se asegura una legislatura tranquila.
Lo que no tengo tan claro es si Alfredo permitirá que Gómez se presente a las elecciones autonómicas dentro de tres años y medio. Porque, según dicen de Rubalcaba, en cuanto te das la vuelta te la clava.
Olivo Cortés
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