Berzosa, del rojo al amarillo

Carlos Berzosa fue el rector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) en los tiempos del zapaterismo. Tiempos del peor sectarismo de izquierdas que ha padecido España a lo largo y ancho de la democracia. Berzosa era uno de aquellos tipos que, siguiendo las teorías de Zapatero, creía que la legitimidad en España era de la izquierda y que, por lo tanto, tenía todo el derecho del mundo a hacer lo que quería. La democracia para la izquierda siempre está regida por la Ley del Embudo.

En cualquier caso, Berzosa fue un rector curioso. Empezó gobernando la UCM en plan rojo y terminó amarilleando de una forma vergonzosa. Quiso traspasar la utopía socialista a la Universidad y terminó haciendo lo peor de la burguesía al construir 384 viviendas para profesores situadas en las limitaciones del privilegiado Campus Universitario de Somosaguas,  en cuyas cuentas, según la Cámara de Cuestas de la Comunidad de Madrid, habría 11 millones de euros sin justificar para su promoción. O sea, que el ‘socialisto’ se gastó el dinero de la UCM en pisos y viviendas de lujo para profesores en vez de reformar los colegios mayores de la posguerra, por ejemplo. Lo dicho, del rojo al amarillo.

Pero eso no sería todo. A esos 11 millones sin justificar de Pozuelo de Alarcón, habría que añadir otros 3 millones no justificados, en el pago a investigadores, continuos viajes a Atenas por cientos de miles de euros sin justificar y, finalmente, mejoras retributivas en su sueldo por encima de lo estipulado en el convenio a 50 amiguetes. En definitiva, todo un personaje.

A Berzosa le traía sin cuidado la Universidad. Para él la UCM era una forma de hacer política. De contribuir al cambio de arquitectura social que había propuesto el zapaterismo. Porque, si graves fueron sus despilfarros injustificados, peor ha sido el ambiente de degradación, sectarismo y politización que sembró y que ha convertido a la más importante universidad pública madrileña en el refugio de intransigencia y de antisistemas. Nadie ni nada se mueve en la UCM sin el consentimiento del perroflautismo.

Durante su mandato se produjeron el asalto y la profanación de la capilla de Somosaguas por un grupo de estudiantes que se desnudaron delante del altar, el impedimento, mediante la violencia, que destacados políticos como Rosa Díez o Josep Piqué pudieran realizar intervenciones públicas en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología o homenajes a ex jueces condenados como Baltasar Garzón.

Ahora, Lucía Figar, consejera de Educación y Empleo de la Comunidad de Madrid, ha anunciado que tanto los servicios jurídicos de  la Consejería como del Gobierno Regional están estudiando si interponer una denuncia contra Berzosa, porque hay demasiadas irregularidades económicas en su gestión, ya que las universidades "han de ser un espacio para la docencia, la tarea investigadora, la reflexión, el debate, el espíritu crítico" y "no tienen que dedicarse a construir pisos", nada menos que en un sitio tan goloso como Somosaguas. Cosas de la izquierda.

La Piraña del Meaques