Un euro por receta y por responsabilidad
Hay ciudadanos que no quieren darse cuenta que el Estado del Bienestar ha muerto. Que lo mató la propia izquierda con sus abusos y despilfarros y que ahora de lo que se trata de salvarlo en lo posible. Se acabó el dinero y hay servicios públicos que no se pueden financiar totalmente por el Estado.
Por eso, que la Comunidad de Madrid, para garantizar el uso responsable de los medicamentos y concienciar de los madrileños sobre su consumo racional, en los presupuestos generales de la región para 2013, ha establecido una tasa de un euro para la emisión de cada receta médica. Algo que no tendría por qué escandalizar a nadie salvo que sea un demagogo.
Y hablo de demagogia porque, de esa tasa, quedarán exentos del pago los afectados de síndrome tóxico y personas con discapacidad en los supuestos contemplados en su normativa específica, las personas perceptoras de rentas de integración social, las personas perceptoras de pensiones no contributivas, los parados que han perdido el derecho a percibir el subsidio de desempleo en tanto subsista su situación y las personas con tratamientos derivados de accidente de trabajo y enfermedad profesional. Es decir, los mismos grupos de personas que no tienen que hacer aportación al pago de medicamentos.
Pero hay más. Las recetas emitidas en las que el coste del medicamento sea igual o inferior a 1,67 euros quedarán exentas del pago y se fijará un tope de pago por receta para todos aquellos pacientes que consuman más de 72 recetas anuales, o lo que es lo mismo 72 euros al año, como el fin de no perjudicar a los pacientes crónicos y a los polimedicados.
Por tanto, se trata más de una medida disuasoria más que recaudatoria. Un euro de responsabilidad. Es un principio de economía. Nada puede ser gratis porque entonces no se valora. Y todos estamos hartos de ver las impresionantes farmacias domésticas que hay en cada casa. Eso sin contar con la cantidad de personas que hay en los ambulatorios de la seguridad social que, en muchos casos, es casi como un rito mañanero.
El Estado del Bienestar no es gastar por gastar sino gastar lo necesario para que a nadie le falte y valorarlo en su justa medida. Es un problema de mentalidad. El problema no es el euro por receta. El problema es la malversación que se está haciendo del Estado del Bienestar al haber calado en la ciudadanía que todo es gratis porque me lo merezco.
Entiendo que el Gobierno de la Nación se haya visto sorprendido con la medida y pienso que el Gobierno de Madrid tendría que haberlo consensuado. Pero ese el gran tributo de este sistema sanitario transferido a las CCAA y desproporcionado.
Lo demás, insisto, es demagogia. Especialmente sindical de cara al 14 de noviembre.
José María Bravo
*Este diario no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores ni de las de las cartas al director.
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