Para Rajoy, la mayoría absoluta no es suficiente
La mayoría de los periódicos, el pasado jueves 28 de marzo publicaron en sus portadas la noticia sobre la "reunión secreta" mantenida en la Moncloa, entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y el de la Generalidad Catalana, Arturo Mas. El hecho de revestir el encuentro de un absurdo ocultismo, ha predispuesto negativamente a los ciudadanos a desconfiar sobre lo tratado entre ambos políticos.
No es de recibo que días atrás se anunciase por la Generalidad la composición de un Consejo Asesor para la Transición Nacional, cuyo pomposo nombre ya resulta irritante, dado que la misión del mismo consistirá en "orientar sobre las vías más adecuadas para conseguir la independencia". Si como se está filtrando, el objeto de la reunión Rajoy-Mas era negociar una nueva ayuda económica gubernamental a cambio de olvidar las intenciones secesionistas catalanas, parece un despropósito inadmisible la creación del citado Consejo Asesor, el Gabinete de Asuntos Exteriores, etc., que solo puede interpretarse como otra provocación más al Gobierno que nuestro presidente está aceptando con toda humildad y resignación cristiana.
La sola imagen de Rajoy comerciando a escondidas con Más, e intentando que abandone su deriva independentista, resulta patética. Para los restantes presidentes autonómicos del PP, es indignante ver como delibera obsequiosamente Rajoy con el ambicioso dirigente catalán. Ellos se ocupan y preocupan por cumplir con gran sacrificio sus compromisos fiscales y comprueban como se gratifica a los desleales que solo aspiran a romper España, con el único objetivo de incrementar su poder.
Tal estado de cosas, entre otras, es lo que provoca un permanente desacuerdo de los españoles, fomentado por un Gobierno inane, atemorizado y dubitativo, carente de un verdadero líder capaz de pensar en los demás, cuya máxima aspiración aparentemente es mantenerse en la Moncloa una segunda legislatura, con la atormentante amenaza de no alcanzar los ocho años de Zapatero, e incluso, que sean sus propios militantes y votantes, los que le impidan terminar la primera...¡¡Tiempo al tiempo!!
Con burdas mentiras como las del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, cavaremos nuestra sepultura. Es impresentable maquillar la cifra de déficit utilizando una ingeniería contable retrasando devoluciones del 2012. Este tipo de maniobras solo inspiran desconfianza y desprestigio ante nuestros colegas europeos; justo lo que no nos interesa y menos en estos delicados momentos. El desarrollo de la comunicación, investigación y redes sociales han experimentado tal avance, que cada vez es más difícil ocultar porquerías. La deshonestidad está tan extendida y los cómplices son tantos que resulta imposible mantener las corruptelas en secreto. La impunidad ha alcanzado cotas inimaginables. El ex sindicalista de UGT, Juan Lanzas, acusado nada menos de haber cobrado 13 millones en comisiones en la trama de los ERE , repartía sobres sin el menor recato en bares enfrente del Parlamento de Andalucía durante años, pero eso sí, nadie se enteraba de nada. Curiosamente, al citado Lanza, apodado "el conseguidor", no parece producirle gran disgusto su ingreso en prisión ya que lo hizo con una gran sonrisa al ser detenido; quizá estaba pensando que pronto los suyos le pondrán en libertad para que pueda gozar de esa merecida fortuna que tanto le costó amasar....y así sucesivamente.
La sociedad española, o al menos una gran parte de ella, tiene la triste sensación de que el presidente Rajoy vive entre asustado y secuestrado. No es capaz de embridar la situación con el rigor que requiere ni su Gobierno aporta soluciones eficaces para frenar el galopante paro entre otros desastres. También se le acusa, y con razón, de eludir, tolerar y permitir ciertos desmadres en el seno de su partido que no son de recibo. No puede consentirse lo que está ocurriendo con el caso del ex tesorero Luis Bárcenas. Inaudito que una sola persona le quite el sueño a tantos. ¿Por qué no contar la verdad de lo ocurrido y darle carpetazo al tema?, ¿Le asusta el número de los presuntos implicados? Será duro tener que reconocerlo pero Rajoy no es el líder adecuado para sacarnos de este terrible atolladero económico, político y social. Mayor desgracia aún es que con Rubalcaba todavía iríamos peor y CIU no gana para escándalos. Gran parte de la energía de nuestros partidos políticos es consumida buscando porquería en el pesebre del contrario y, obviamente, para Mariano Rajoy, la mayoría absoluta no es suficiente.
José-Tomás Cruz Varela
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