Mamba Negra
Por Capitán Possuelo
Andaba yo paseando por la Avenida de Europa mientras miraba en el esmarfon si me encontraba en la parte correspondiente a la primera parte del proyecto "Pozuelo de Alarcón Ciudad WIFI", con escaso resultado positivo, cuando me tropecé con un agente de la Ora o como se llamen esas personas que cuidan de que los coches no estén aparcados más tiempo del que han pagado, con envidiable celo dicho sea de paso.
- Perdone, amigo, le dije a modo de saludo, ¿sabe usted hasta dónde llega el Wifi?
- ¿Cómo? me preguntó, a su vez, aquel hombre con cara de no ser mi amigo.
- El Wifi, repetí. ¿Qué si sabe hasta dónde llega el Wifi? Es que me han dicho que hay Wifi en la Avenida de Europa y no sé muy bien si ésta por aquí...
- ¿Y yo tengo que saberlo? ¿Me ha visto usted cara de wifero? O sea, que encima de pasar calor en verano y frío en invierno, aguantar a los infractores de la ley, gastar en zapatos media paga y tener que poner cara de mala uva para que los niños no me tomen el pelo, ahora ¿también tengo que ser wifero? Vaya usted a paseo, hombre...
Como es natural, le pedí perdón como pude y me alejé de él mientras volvía al esmarfon, acordándome de Pablo Rivas, concejal de estos asuntos, y del inefable "Pozuelo de Alarcón Ciudad WIFI".
Y como me acordé del concejal y, debido a que con su reciente alejamiento del poder se ha puesto de moda, pensé que era el momento de hacerle un retrato.
A Pablo ya lo retraté en la anterior legislatura. Le llamé El Aguilucho. No me explicaba cómo un tío tan joven podía ser Sexto Teniente de Alcalde y Portavoz del Grupo Municipal Popular, al tiempo que titular del Área de Gobierno y Gestión de Tecnologías para la Información y Comunicación con el Ciudadano, Juventud, Mujer y Participación y, además, Concejal de Tecnologías para la Información y Comunicación con el Ciudadano y Mujer. Un cargo imposible por otra parte. Pero aquellos eran tiempos de pólvora ajena y casi todo valía para tirar cohetes.
Pero ahora los tiempos han cambiado y lo que antes era tanto ahora es tan poco. El péndulo de la política. Ahora, el todopoderoso Pablo Rivas sólo es Concejal de las Tecnologías para la Información, aunque con ese nombre cualquiera sabe si es una concejalía de Pozuelo o una dirección general de Vodafone.
Hasta hace un par de semanas, Pablo mandaba un oeuf. De hecho, era de los pocos que subían a la 2ª Planta del Ayuntamiento. Pero ahora cualquier sábado lo veremos en el mercadillo vendiendo antenas de Wifi que es la única competencia que le ha quedado.
Me cuentan que hay gente, en el Ayuntamiento, que le da por muerto, políticamente hablando. Gente muy torpe, diría yo. Porque yo creo que Pablo lo único que ha hecho ha sido retirarse a sus cuarteles de invierno.
¿Por qué se ha ido entonces del primer plano de la política pozuelera? No lo sé. Es posible que no sea fácil vivir en el Gineceo del Ayuntamiento o es probable que se haya dado cuenta de que estaba abarcando más de lo que podía. Rivas es un tipo listo y esta bajada de planta huele a maniobra. No creo que Pablo se haya suicidado, políticamente hablando, sino todo lo contrario.
Pienso que es de inteligentes saber recoger las velas a tiempo y volver a puerto esperando mejores vientos.
Creo, sinceramente, que Rivas se ha retirado para prepararse mejor. Como Beatrix Kiddo, la Mamba Negra de Kill Bill. Estoy seguro de que se ha ido para volver tras estudiar IESE, que es su Pai Mei particular.
Rivas es político. Respira política. Y pertenece a los que están al otro lado de la nueva frontera que se empieza a vislumbrar en la clase política española. Y esos están hechos de otra pasta.
Pienso que el problema de Pablo ha sido su juventud. Una enfermedad que se cura con los años. Llegó arriba demasiado pronto y demasiado pronto se dio cuenta que ser concejal de Pozuelo no es nada, dicho sea sin ánimo de molestar. Que ser concejal en Pozuelo, como mucho, es subir un peldaño de una larga escalera política o, si se me fuerza, bajar un peldaño para retirarse dignamente.
De todas maneras, le vendrá bien esta experiencia de 'gorrilla' después de haber pensado que era McArthur, porque le proporcionará experiencia y, sobre todo, le dará tiempo para que el proyecto "Pozuelo de Alarcón Ciudad WIFI" sea algo más que una realidad intermitente.
En cualquier caso, que nadie se llame a engaño. Rivas ni olvida ni perdona. Y tiene mucho peligro. Lo digo como aviso a navegantes al acordarme de Tarantino.
Capitán Possuelo
*Este diario no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores ni de las de las cartas al director
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