El naranja es el color del óxido en C’s Pozuelo

Me acabo de enterar de que Raúl González Andino será el próximo portavoz adjunto de Ciudadanos Pozuelo.

Definitivamente, Miguel Ángel Berzal ha caído en desgracia. Hay algo turbio, oxidado, en estos partidos que han emergido arrogándose cultivar una nueva política. Pero no, el óxido es naranja, y mantiene los viejos tics de siempre: el dedazo todopoderoso que mueve sus peones, y que no da explicaciones a nadie. La maquinaria de Ciudadanos parece que funciona igual que cualquiera de los partidos que llevan años instalados en nuestras instituciones.

¿Alguien sería capaz de explicar a los 8.548 votantes de Ciudadanos en Pozuelo de Alarcón en las pasadas elecciones municipales por qué han barrido de un plumazo al número 1 de su lista, Miguel Ángel Berzal? ¿Puede Ignacio Aguado explicar a las 383.874 personas que le votaron en las pasadas elecciones autonómicas qué ha pasado con el jefe de su partido en Pozuelo?

¿Alguien conoce el misterio por el que el número tres de Ciudadanos en Pozuelo, objetivamente menos preparado que los que le preceden, pasa a ser portavoz adjunto de la formación naranja? ¿Qué ha pasado para que Berzal no sea ya ni siquiera el portavoz adjunto? Si la explicación oficial, que no se cree nadie, es que Berzal y Moreno habían pactado al comienzo de la legislatura repartirse la portavocía a partes iguales, dos años cada uno, ¿cómo es que ahora Berzal no se queda como vice-portavoz? Por la boca muere el pez.

La nueva política exige abrir puertas y ventanas, huir de los dedazos, democratizar los partidos, ser transparentes... ¿De verdad que esto es lo que ofrece el partido de Albert Rivera en Pozuelo de Alarcón?

Otra cosa digo, con el máximo respeto a la persona: a Raúl González Andino la vice-portavocía en Pozuelo le queda muy grande. Y él lo sabe. No se expresa bien en los plenos, ni tan siquiera lee bien. Y sus chistes escritos son de vergüenza ajena: él no los cuenta, los explica.

Menos mal que es hombre. Si fuera mujer, conozco a alguna que ya me estaría etiquetando de machista.