Manolo Santana, el madrileño que se convirtió en leyenda
El tenis español está viviendo una época dorada, marcada principalmente por la figura de Rafa Nadal. El balear se ha convertido en una auténtica leyenda sobre tierra batida, sumando 54 títulos sobre esta superficie a lo largo de su trayectoria deportiva. Un camino que abrió Manolo Santana en 1961, año en el que se convirtió en el primer tenista español que salía campeón en la historia de Roland Garros.
El 10 de mayo de 1938 nació el pequeño ‘Manolín’, como se le conocía cariñosamente, en el seno de una familia humilde que vivía en la madrileña calle de López de Hoyos. Sus primeros contactos con el mundo del tenis llegaron a los 10 años. A esa edad comenzó a trabajar como recogepelotas en el club de tenis Velázquez, al igual que su hermano mayor. Cada jornada obtenía seis pesetas en propinas, de las cuales, cuatro eran para su madre.
En el Club de Tenis Velázquez comenzó a dar sus primeros golpes con la raqueta. El talento del joven Santana no pasó desapercibido para los hermanos Álvaro y Aurora Romero Girón, familia que decidió adoptarlo cuando tenía 12 años. Dos personas que serían determinantes en la nueva vida de ‘Manolín’, ya que se encargaron de pagar sus estudios, además de apostar por su talento con el tenis permitiéndole desarrollar una carrera prometedora en este deporte.
Una trayectoria repleta de éxitos
Santana comenzó a forjar su leyenda con su victoria en el Campeonato de España celebrado en Zaragoza en 1958 con tan solo 20 años. El primer título de un amplio palmarés sin precedentes en el tenis español. Sus victorias en el panorama nacional le abrieron camino lejos del país para disputar los torneos más prestigiosos y enfrentarse a los mejores tenistas de la época. Una progresión fulgurante en un deporte desconocido en España, que únicamente tenía ojos para el fútbol.
En 1961 llegó uno de los momentos más importantes de su trayectoria deportiva. Santana consiguió su primer Grand Slam en Roland Garros al derrotar en la final al italiano Nicola Pietrangeli por 4-6, 6-1, 3-6, 6-0 y 6-2. De esta forma, el joven ‘Manolín’ se convirtió a sus 23 años en el primer tenista español en levantar la Copa de los Mosqueteros en la historia del torneo más prestigioso sobre tierra batida. Además, tres años más tarde repitió título ante el mismo rival al imponerse por 6-3, 6-1, 4-6 y 7-5.
Tras conseguir su segundo título en París, Santana decidió cambiar la superficie de polvo de ladrillo por la hierba, terreno sobre el que se disputaban los otros tres Grand Slam del circuito (Melbourne, Nueva York y Londres). En 1965 se convirtió en el primer europeo en conquistar el US Open desde que lo hiciera el francés Henri Cochet en 1928. Una victoria en el césped de Forest Hills ante el sudafricano Cliff Drysdale por 6-2, 7-9, 7-5, 6-1 que le situó como uno de los mejores tenistas de la época.
Un año más tarde se propuso repetir la misma hazaña sobre la hierba de Londres. Santana consiguió su primer y último Wimbledon tras derrotar en la final al americano Dennis Ralston por 6-4, 11-9 y 6-4. Una victoria con la que puso fin a una sequía de 12 años sin que ningún europeo saliera campeón en el All England Lawn Tennis and Croquet Club. Una leyenda que abrió el sendero a otro de los grandes tenistas de la historia de España como Rafa Nadal, el cual recogió el testigo de Santana en 2008 cuando derrotó al suizo Roger Federer en la hierba de Wimbledon.
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