Hoy llevamos tres años de alcaldesa Quislant
Ya van tres años de mandato de los alcaldes y la legislatura encara su recta final. Era difícil presagiar en 2015 los meandros con que nos iba a decepcionar la política desde entonces.
La corrupción de algunos ha pasado una buena factura en las expectativas electorales del PP. Tanto, tanto, que estoy convencida de que perderá la mayoría absoluta en buena parte de los ayuntamientos que todavía la conserva. En éste, el de Pozuelo, también. Da bastante igual lo que haga la alcaldesa Quislant durante este año de legislatura que queda. Da lo mismo si será la candidata o el partido le dará una patada hacia arriba. Porque aquí, en el municipio más rico de España porque viven los ronaldos y otras especies, se vota en clave nacional. Muchos de nuestros vecinos no han pisado el municipio nunca. Viven embozados en su Finca, su Somosaguas, su Monteclaro, su Prado Largo, su Monte Alina… Lo de La Cabaña es otro cantar, porque durante años ha sido la gran olvidada y ahí sí que los vecinos pasarán factura al gobierno municipal.
En definitiva, alcaldesa Quislant, felicidades por la parte que le toca. Tres años de alcaldesa es para desgastar a cualquiera. La verdad es que está en una posición que yo no quisiera para mi: la indefinición de su futuro político, un presidente del PP en Pozuelo, Ruiz Escudero, con casi todas las papeletas para ser candidato a la alcaldía en este municipio, unos vecinos que no son capaces de apreciar si el gobierno municipal hace mucho o poco por ellos, y el voto de buena parte de ellos en clave nacional, con Cs en la cresta del tsunami.
Con todos estos ingredientes hay que trabajar sin miras personales. Sólo por el pueblo y para el pueblo. De lo contrario, yo saldría corriendo.
Propongo una rotonda para la alcaldesa Quislant.
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