Que comiencen los Juegos del Hambre en Pozuelo

Vuelvo a la rutina, a pesar de que todavía no han finalizado las fiestas de Pozuelo. Me ha dicho el jefe que ya está bien de vaguear, que hay mucha actualidad que comentar y que me va a bajar el minúsculo sueldo que ya tengo desde que alguna institución decidió retirar la publicidad al medio de comunicación que más trabaja por la información rigurosa en Pozuelo. No hay más que ver la cobertura de las fiestas.

Quiero empezar expresando mi más sentido pésame a la familia y compañeros del concejal Manu Allende. De verdad. Como buena persona que era concitó los mejores sentimientos cuando conocimos su tránsito.

También me he perdido comentar el bombonazo del chino de la calle Benigno Granizo. Y ya es tarde, aunque estoy investigando quién diantres está detrás de una supuesta plataforma de vecinos para reivindicar no se sabe muy bien qué. Por experiencia sé que estas plataformas fantasmagóricas cuentan con un cabecilla de izquierdas agazapado. El PSOE lleva mucho tiempo experimentando su eficacia. Pero que esta palestrita se haya dirigido a la agencia EFE y no se haya comunicado con el diario más serio y trabajador del municipio, a mi me escama… Cuando tenga más datos los contaré en esta columna. Me enteraré seguro.

Se me agolpan las ideas en la cabeza. Como un enjambre.

Yo no quería hablar de estas cosas, y ya llevo cuatro párrafos. Tantos días sin abrir la boca, y ahora sufro incontinencia. Verbal, claro. Había decidido escribir sobre el título que he elegido para inaugurar mi columna de esta temporada: Que comiencen los juegos del hambre. El que no haya leído el libro, o al menos, visto la película, que lo haga y entenderá muchas cosas. Por ejemplo, su paralelismo con la política.

Y es que estamos a nueve meses de unas elecciones regionales y municipales. Como un parto. Y los espermatozoides políticos se han empezado a alinear. Solo unas pinceladas para no hacer demasiado extenso mi debut en esta nueva temporada.

Yolanda Estrada ya se deja ver en los eventos de Pozuelo. Va con su pareja, el fontanero de Génova Juan Carlos Vera, pero ya se cuidan ellos de no salir juntos en las fotos. También se dejan  ver ambos en los actos de Pablo Casado como el de Ávila la pasada semana. Dicen que entrambos preparan el desembarco de algún conocido pepero de la zona para colocarlo de candidato y apartar cuanto antes al que hasta ahora tenía todas las papeletas, Enrique Ruiz Escudero.

Algo tiene que ver en esto también Félix Alba, el concejal que dimitió porque estaba hasta las narices de la alcaldesa Quislant. Hasta hace bien poco era enemigo acérrimo de Estrada y en los últimos días se les ha visto juntitos en algún que otro evento. Por ejemplo, en la procesión de la Virgen de la Consolación. Qué raro…

Ruiz Escudero, el presidente del PP de Pozuelo, a la par que consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, desaparecido en fiestas. No estuvo en los actos oficiales como el Pregón o la procesión. Luego se dejó ver con Ángel Garrido en el día del afiliado pepero, este martes en la Plaza del Padre Vallet. A la búsqueda de apoyos, pero cediendo protagonismo. Raro, raro…

Y Antonio González Terol, alcalde de Boadilla, como perejil de todas las salsas, sale en todas las fotos. Tan pronto te lo encuentras a pie de calle en su municipio, como dando una rueda de prensa en Cádiz o acudiendo al día del afiliado en Pozuelo. Este chico promete, y manda mucho. Tiempo al tiempo.

Pero la foto rara, rara, que lleva a todo tipo de conclusiones es la que publica Terol en su Twitter">twitter del 28 de agosto: reunidos en Génova Quislant, Vera y Terol. ¿Para qué? Uy, uy, uy...

Lo dicho. Que comiencen los Juegos del Hambre.