Carlos Martínez: “La única forma de lucirte en un deporte minoritario delante de 20.000 personas es estar en unos Juegos”
Carlos ha sido uno de los representantes del combinado nacional en los Juegos Paralímpicos de Tokio. No está del todo satisfecho de lo conseguido, pero se ha vuelto a España con un diploma Paralímpico. Los aficionados sí que lo valoran, sobre todo la gente de Pozuelo, su pueblo.
¿Cómo te encuentras después de los Juegos?
Con la típica resaca post Juegos. La experiencia ha sido muy dura, el camino ha sido largo. Parecía que nunca iba a llegar a Tokio. Además, el covid no lo ha hecho nada fácil, hemos tenido que estar en burbuja antes de viajar, había un montón de controles… Al final hemos estado fuera más de un mes y ha sido complicado.
Eso sí, cuando llegamos “flipamos” con las piscinas. Me hubiera encantado vivirlo con público. Por lo tanto, lo que toca es currar mucho durante los próximos años, pero a París quiero ir con espectadores.
Otra cosa que ha hecho diferente la experiencia ha sido el no poder ir a ver otros deportes. Al final tenemos que pensar que han sido los Juegos del covid y ya está. Es algo que ha pasado una vez en la vida y que he podido vivir.
¿Cómo has visto la organización de los Juegos Paralímpicos?
Ha sido perfecta. Ha ido todo superbien. Lo único que nos ha llamado la atención ha sido el tema del transporte. Eso ha sido un caos. Ha sido el peor campeonato, en lo que se refiere a transporte, que he vivido. No sé por qué, pero se colapsaron con las sillas de ruedas y tardabas un montón en llegar a la piscina. Eso ha sido lo peor, pero el resto ha sido de matrícula.
La puntualidad de las pruebas era máxima, el comedor estaba abierto 24 horas y no tenías que esperar para comer. Ha estado genial.
Háblame de la competición, en lo personal.
Tuve la mala suerte ponerme enfermo antes de competir. La piscina estaba muy bien porque de temperatura no hacía nada de calor, eso para el que está fuera está muy bien, pero para el que nada no lo está tanto. Por el tema del covid había respiradores y corrientes de aire fría constantemente y esto hizo que algún compañero y yo cayéramos malos. El día antes de mi prueba estaba con antibiótico.
Mi objetivo era ser finalista y por desgracia no pude hacerlo. Lo fácil era pensar que lo había hecho mal y lamentarme, pero ya estaba pensando en qué tenía que hacer durante los próximos 3 años para estar al cien por cien.
A nivel deportivo me quedo con la espinita de no haber conseguido lo que venía hacer, aunque el objetivo ya lo habíamos cumplido que era estar en los Juegos. Te preguntas que si podía haber dado más, pero esto no deja de ser deporte y hay cosas que no están en nuestra mano.
Con esa actitud está claro que estarás en los siguientes Juegos Paralímpicos
A mí me encanta crecerme, me gusta la presión. La única manera de lucirse en un deporte minoritario como el mío delante de 15.000 o 20.000 personas era estar en unos Juegos.
Por cierto, eres profeta en tu tierra. Has dado el Pregón este año en Pozuelo
Ahí tengo enchufe o labia (risas). Es un orgullo. Con la alcaldesa tengo muy buena relación hace tiempo, pero no ha sido por eso que me hayan elegido, ha sido porque me lo he ganado. Deportivamente he hecho muchos méritos.
Eso sí, ya le dije a la alcaldesa: cuando haya público y vuelva la gente a la plaza quiero volver a ser pregonero. Espero que dentro de poco espero volver a serlo. A mi me gusta crecerme con el público.
¿Qué toca ahora después de la cita olímpica?
Después del batacazo deportivo tenemos una relación que lo último que nos une es el deporte. Nos tenemos tanto cariño que al final somos como familia. Sé que tengo que hacer cambios, no sé cuáles, pero sé que tienen que llegar. Esto no para, lo próximo que toca es el Mundial.
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