Las obras de Federico Chueca fascinan al público del Mira Teatro
La actuación, celebrada en la tarde de ayer en un MIRA Teatro abarrotado, sirvió para que Pozuelo de Alarcón se adelantara un año a los homenajes por el centenario de la muerte del genio y compositor del Género Chico fallecido en 1908, Federico Chueca. Los espectadores tuvieron la oportunidad de ver fragmentos de las obras 'La Gran Vía' y 'El Bateo', llevadas a cabo por las corales Ars Musicae y Kantorei, bajo la dirección de Mijail Erman y de Pedro Nebreda.Las voces solistas corrieron a cargo de la soprano Raquel Albarrán, el tenor Ángel Castilla y el barítono Mario Villoria. También tuvieron cierto protagonismo 'los ratas cómicos', interpretados por el tenor Rafael Godoy y los barítonos Ignacio Parrés y Alberto Manzano. Los directores de las corales se alternaron en la dirección y en el piano.
El espectáculo comenzó puntual, a las 19:05 horas aproximadamente. El primer acto estuvo compuesto por fragmentos de 'La Gran Vía', en la que el Paseante de Corte y el Caballero de Gracia recorren las calles y plazas de Madrid ante el nacimiento de una nueva avenida de la ciudad.
El segundo acto se dedicó en exclusiva a fragmentos de 'El Bateo', en la que unos invitados llegan a los suburbios pobres de Madrid. Entre ellos destaca Wamba al que Mario Villoria se encargó de dar vida. Wamba es un republicano que, con su guitarra, denuncia de forma cómica los problemas de la nación.
Se escogieron estas dos obras por su mayor adaptabilidad a la puesta en escena coral.
El espacio escénico brilló con luz propia
Especial relevancia adquirió la puesta en escena. Sobre un fondo neutro, iluminado con luces rojas y azules, tuvo lugar una representación dinámica en la que participaron mayores y niños. El público rió con las apariciones de los más pequeños, especialmente cuando el conjunto, formado por cinco niñas, comenzaba a patinar sobre el escenario.
El cuerpo de baile estuvo formado por el ballet de Pilar Domínguez. El atrezzo y el vestuario, por su parte, estuvieron bajo la batuta de Pilar Rodríguez.
Buena acogida tuvieron también los números de 'El Bateo', 'Tango' y el dúo-habanera 'Yo me llamo Virginio Lechuga'.
En el segundo, el más aplaudido por el público, Raquel Albarrán y Ángel Castilla arrancaron numerosas carcajadas a los espectadores debido a la sátira de sus letras.
El espectáculo comenzó puntual, a las 19:05 horas aproximadamente. El primer acto estuvo compuesto por fragmentos de 'La Gran Vía', en la que el Paseante de Corte y el Caballero de Gracia recorren las calles y plazas de Madrid ante el nacimiento de una nueva avenida de la ciudad.
El segundo acto se dedicó en exclusiva a fragmentos de 'El Bateo', en la que unos invitados llegan a los suburbios pobres de Madrid. Entre ellos destaca Wamba al que Mario Villoria se encargó de dar vida. Wamba es un republicano que, con su guitarra, denuncia de forma cómica los problemas de la nación.
Se escogieron estas dos obras por su mayor adaptabilidad a la puesta en escena coral.
El espacio escénico brilló con luz propia
Especial relevancia adquirió la puesta en escena. Sobre un fondo neutro, iluminado con luces rojas y azules, tuvo lugar una representación dinámica en la que participaron mayores y niños. El público rió con las apariciones de los más pequeños, especialmente cuando el conjunto, formado por cinco niñas, comenzaba a patinar sobre el escenario.
El cuerpo de baile estuvo formado por el ballet de Pilar Domínguez. El atrezzo y el vestuario, por su parte, estuvieron bajo la batuta de Pilar Rodríguez.
Buena acogida tuvieron también los números de 'El Bateo', 'Tango' y el dúo-habanera 'Yo me llamo Virginio Lechuga'.
En el segundo, el más aplaudido por el público, Raquel Albarrán y Ángel Castilla arrancaron numerosas carcajadas a los espectadores debido a la sátira de sus letras.
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