'El Día del Padre' llena de risas el Mira Teatro

¿Por qué los hombres quieren ser padres? Ésta es la pregunta que se formula la obra de teatro ‘El Día del Padre’. En ella tres hombres, que no se conocen entre sí pero que tienen en común a Manuela, son citados en una clínica de reproducción asistida. Manuela desea ser madre y les elige a ellos tres para que sea uno de ellos el padre, pero la elección de quien será el donante la deben realizar entre ellos.

Esta comedia producida por ‘El Reló Producciones’ se puso en escena ayer en el MIRA Teatro, a cargo de la empresa ‘Secuencia 3’. El evento tuvo una buena acogida entre el público de Pozuelo de Alarcón, ya que diez minutos antes del comienzo se habían vendido el 70% de las entradas y la taquilla continuaba abierta.

Esta obra, escrita por los jóvenes Ana Graciani y Gabriel Olivares, llenó de risas y carcajadas durante una hora y media el teatro. La comedia ‘El Día del Padre’ reflexiona sobre la decisión de un hombre sobre cuándo, dónde, cómo, por qué o con quién tener un hijo. Pero se narra de forma divertida, con toques de humor constantes gracias a los cuatro actores.


Un reparto de excepción
Aitor Mazo, una cara muy conocida tanto en teatro como en televisión, representa al hombre de negocios prepotente. También se pudo ver al ex-reportero del programa televisivo Caiga Quien Caiga, Javier Martín, que encarnó a un chico joven, sin rumbo en la vida, pero un experto en la seducción.

La última persona citada en  la clínica es un hombre inseguro y atormentado por el recuerdo de Manuela, representado por Vicente Romero, actor que ha intervenido en películas como ‘Siete Vírgenes’ o ‘La noche de los Girasoles’. Entre los tres posibles donantes se encuentra un trabajador de la clínica que intenta poner orden en la situación, el cual encarna el actor Bartolomé Santana. 

En el vestuario de los tres protagonistas abunda de color gris, debido a que realmente lo que importa es su personalidad. Con los arquetipos muy marcados y la ausencia de color, lo que se pretende es resaltar más la psicología de cada uno.  

El escenario del Mira Teatro se llenó de luz y Transparencia en esta obra. El decorado circular representaba un gran tubo de ensayo translúcido, como si los personajes estuvieran dentro de él. El mobiliario era el imprescindible y minimalista, cuatro sillas para  todos los personajes y una pequeña mesa. Todos estos elementos junto con cinco grandes focos instalados en la parte superior del escenario llenaron de claridad y trazos limpios la tarima.