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El Mira Teatro disfruta con el talento de los jóvenes bailarines de la Compañía Nacional de Danza 2

El Mira Teatro disfruta con el talento de los jóvenes bailarines de la Compañía Nacional de Danza 2

Ayer actuó en el MIRA Teatro de Pozuelo de Alarcón la Compañía Nacional de Danza 2 bajo  la dirección artística de Nacho Duato. Esta compañía sirve de trampolín a la vida profesional para jóvenes con talento y sin experiencia.

La CND2 nació por iniciativa de su director artístico en octubre de 1999, convirtiéndose en un nexo de unión entre los conservatorios, las escuelas de ballet y las compañías profesionales.

El programa estuvo formado por tres piezas: 'Jardí Tancat' y 'Gnawa', con  Nacho Duato como coreógrafo, y 'Sin lo cual no', del también bailarín Gentian Doda.


Piezas heterogéneas
El espectáculo comenzó con 'Jardí  tancat' [jardín cerrado en catalán], una obra importante y temprana de Duato. Los textos estaban cantados en este idioma por María del Mar Bonet. Se trata de textos populares centenarios a los que la cantante ha puesto música. Eran cantos de faena de la tierra y la mar en los que la voz pregonaba tanto la dureza de su trabajo como sus desventuras amorosas.

La segunda pieza, 'Sin lo cual no',  se componía de una coreografía que hacía una reflexión sobre la urgencia, la impaciencia y las prisas que se imponen en la sociedad actual. En 'Sin lo cual no', Gentian Doda intenta describir la actividad frenética en la que el ser humano se encuentra inmerso. 

Por último, cerró el programa 'Gnawa', pieza que se estrenó en 2005 en la Hubbars Street Dance de Chicago. Esta coreografía se ha basado en la que ya hizo el director en 1992 sobre su ciudad natal Valencia, denominada 'Mediterrania'. En ella profundiza sobre sus raíces y la de sus antepasados en complicidad con el Mediterráneo.


Un cierre sensual
En 'Gnawa' sigue la misma línea, intentando transmitir a través del movimiento la sensualidad del paisaje y la sensibilidad de sus habitantes. Le acompaña una sugerente música repleta de sonidos españoles y norteafricanos. Gnawa cautiva por la fuerza que transmite, la sensualidad, la elegancia en los movimientos. Es una obra que evoca la espiritualidad y el ritmo orgánico del Mediterráneo.

Los jóvenes bailarines derrocharon toda su energía sobre  el escenario. Fueron tres piezas vibrantes que llevaban el estilo personal de Nacho Duato. El público aplaudió entusiasmado al final de cada una de las piezas.

La noche de ayer en el MIRA Teatro demostró que el auge de La Danza Contemporánea seguirá vigente con el legado que Duato deja en estas jóvenes generaciones.


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