Las urbanizaciones se blindan ante los posibles robos y el aumento de la delincuencia en crisis

Algunos vecinos de Pozuelo de Alarcón tienen mucho que proteger en sus domicilios. No en vano nuestra localidad es la que más renta per cápita tiene de toda España. Como consecuencia de los incrementos de robos, en buena parte provocados por la crisis, cada vez son más las urbanizaciones que se protegen. El método más utilizado son las barreras en la entrada, tan molestas para los conductores que quieren transitar por esas vías públicas y que tienen que bajarse del coche, mientras lanzan venablos, para apretar el dichoso interruptor que les abra la reja de acceso a la urbanización.

Las grandes urbanizaciones son las principales afectadas por los robos. Debido a la crisis y a los apuros económicos que está viviendo la sociedad, se está produciendo un incremento en los asaltos a los hogares. Muchos de estos robos son producidos por bandas organizadas; por eso, la protección con cámaras de vigilancia y barreras de seguridad son cada vez más numerosas.

Se han instalado recientemente vallas protectoras en Húmera y en Somosaguas Norte, además de cámaras de seguridad para controlar a todos los peatones y los vehículos que entran y salen en las urbanizaciones.

El aspecto negativo de esta superprotección es que muchos conductores no se explican por qué, para transitar por una vía pública, deben apearse de su vehículo para abrir la barrera manualmente. A esto habría que añadir que las urbanizaciones de Somosaguas y La Finca poseen un vallado acabado en afilados pinchos -como lanzas-, que algún día provocarán más de un problema cuando un niño travieso intente saltar el parapeto y se tropiece, con el riesgo bien cierto de ser ensartado.