Galería de concejales
Es cierto que entre los concejales de Pozuelo y yo no hay apenas sintonía. Por norma. De la autoridad y del mulo, a más lejos más seguro, decían en mi pueblo.
Hace unas cuantas semanas, les acusaba de ser políticos de ligas menores (de Tercera División creo que dije) y que sólo les conocían en su casa a la hora de comer, lo que no deja de ser cierto también. Pero reflexionando en voz alta mientras paseaba al perro por el Parque de las Cárcavas, llegué a la conclusión conmigo mismo (el perro me retiró la palabra en cuanto empecé a hablarle de concejales) de haber sido, posiblemente, algo cruel con ellos. E injusto. Porque lo más probable es que, entre esos concejales, haya políticos menores pero también gente muy aprovechable que haga su labor en silencio y que merezca la pena que los pozueleros se la reconozcan. O que, al menos, tengan una referencia de quien es a la hora de ir a votar.
Llegado a este desenlace, creí que debería escribir algo que sirviese a ese fin. Algo sencillo. Una especie de pequeño retrato más de Fotomatón que de Alberto Schommer, para que no cansase mucho al lector pero que sirviese para conocer un poco quien es el hombre o mujer que se gasta sus cuartos. Y ni corto ni perezoso le propuse el tema a la Dirección de Diario de Pozuelo. Pensé, de entrada, que no lo aceptarían porque un artículo así puede ser una gran fuente de conflicto con el poder establecido. Los políticos siempre tiran al halago fácil y en esta galería más de uno quedará señalado.
Pero Diario de Pozuelo, de nuevo, dio ejemplo de libertad y tolerancia y me dijo que sí, que escribiese lo que quisiese sobre los concejales de Pozuelo, guardando, como es natural, las normas elementales de la crítica. Hecho, por cierto, que me defraudó un poco porque a la libertad de expresión debe tolerársele, incluso, el exceso si razones hay para ello. Pero, visto lo visto, aceptaré esas normas elementales, porque, a fin de cuentas, como Serrat, yo «me llevo bien con las autoridades,/ jamás les llamo con nombres soeces,/ yo les consiento sus barbaridades/ y ellos se cuidan de mis intereses». Y es que lo que trataré de escribir sobre ellos no será más que un retrato. Más descriptivo que otra cosa, con el fin de poder colgarlos en una hipotética Galería de Concejales para que los pozueleros empiecen a conocerlos. O para que les lancen dardos por deporte.
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