El espectador
Como a mí lo que me interesa es hablar de la política municipal de Pozuelo, trato siempre de llevarle a mi terreno, aunque él anda empeñado ahora en explicarme cómo se resolvería el problema del paro en España por si yo conozco a alguien en las alturas, como dice él, y lo puede poner en marcha.
Para que no se quede con la gana, amigo lector, de saber cual es ese PP (Plan de Paco, no sea mal pensados) para acabar con el paro, sucintamente, le diré que se trata de algo tan original como obligar a que cada casa tenga portero propio. No automático sino personal. Como lo oyen. Para Paco esa simple medida, aparte de acabar con el paro, tiene todas las ventajas del mundo para la comunidad y supondría un ahorro para el Estado de miles de millones de euros. Así de fácil. Y no vea como lo defiende.
Y es que, para mi buen amigo portero, lo que falta en la Administración es gestión. Gente que ponga en marcha las ideas. Para él, sobran políticos y faltan gestores. Y dice que el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón es un claro ejemplo en el que sobran politiquillos y faltan gestores. Asegura que sobran concejalillos y concejalillas locos y locas por una parcelita de poder como su portería, porque aquí en Pozuelo hay poco donde rascar, y falta gente preparada y dispuesta a gestionar. Gente a la que le dé lo mismo el cargo y que no lo use para medrar políticamente o para asegurarse un sueldo de por vida como hay algún que otro concejal. Para Paco, por ejemplo, uno de los mejores concejales que hay en Pozuelo es Mayo Villalobos. Mi amigo, como es muy aficionado al fútbol, nombra siempre a los políticos como a los árbitros: por sus dos apellidos.
Lógicamente, yo no sabía quién demonios era Mayo Villalobos. Algo normal por otra parte porque, salvo en sus concejalías, ya dije una vez que los concejales de Pozuelo aunque se crean muy importantes, son conocidos únicamente en su casa a la hora de comer. Así que, sin identificarme, interrogué a mi portero favorito sobre ese ejemplo de concejal para traerlo a esta galería de personajes.
Y Paco me dijo que se llama José María y que es el Tercer Teniente de Alcalde. Un tío que manda mucho. Cuando le comenté que era imposible que un concejal de Pozuelo mandase mucho, me dijo que éste sí porque era nada más y nada menos que el titular del Área de Gobierno y Gestión de Economía, Hacienda, Contratación, Patrimonio, Recursos Humanos y Régimen Interior, y Promoción Económica. O sea, el Concejal de Hacienda. Y para Paco el poder de los concejales, como de los consejeros autonómicos, como de los ministros, o el de los comisarios europeos se mide por la pasta que manejan. Y los de Hacienda son los que manejan la pasta en todas las instituciones.
Me dijo, también, que es un técnico al que le importan poco las cuestiones políticas, lo que para él es la mejor cualidad que puede tener un concejal. Me dijo que es Licenciado en Economía y Master en Dirección de empresas por la Escuela de Organización Industrial del Ministerio de Industria y Energía, o lo que es lo mismo, una persona que no necesita ser concejal para ganarse la vida.
Y, además me dijo, que es un concejal que no se mete en guerrillas de concejales ociosos, pero que, sin embargo, “contempla como un espectador lo inútiles que son algunos de sus compañeros concejales”. Esto último lo he entrecomillado porque son sus palabras textuales. Y terminó diciendo que Mayo Villalobos vive para hacer bien las cosas y que es trabajador y honrado.
Cuando le dejé y seguí mi camino diario, empecé a pensar si tantos halagos a un concejal no se deberían a algo concreto... Porque no es normal hablar tan bien de ellos. Y llegué a contemplar la idea de que José María Mayo, además de concejal, fuese también el Presidente de su Comunidad de Propietarios y que Paco me había contado una milonga porque sabía que yo era el Capitán Possuelo y quería intoxicarme para quedar bien con él...
Después pensé que la vejez me está haciendo demasiado quisquilloso. En cualquier caso, me gustó que le llamase espectador.
Este diario no asume como propias las opiniones difundidas a través de las colaboraciones y cartas al director que publica.
Escribir un comentario