Las fiestas de Pozuelo necesitan un repaso
Pero, claro, cuando me entero por el Diario de Pozuelo que el Ayuntamiento se está pensando reducir los días de las Fiestas de Pozuelo, no tengo más remedio que claudicar. Porque las fiestas de Pozuelo no sólo necesitan reducir su duración, necesitan un debate en profundidad en el que se replanteen seriamente. Y este puede ser ese momento, aprovechando la crisis.
Y es que, seamos serios, las fiestas de este pueblo no son nada. De un tiempo a esta parte, no son más una manera, como otra cualquiera, de dar carta blanca, durante unos días, a la gente para que se desmadre. Las fiestas de Pozuelo ya se han convertido, desde hace tiempo, en poco más que en el punto de partida de una desmesura fiesta para la gente -la mayoría forasteros- que dura todo el mes de Septiembre y termina en Las Rozas, tras pasar por Majadahonda. Con personalidad propia sólo quedan, escasamente, los encierros. Porque los conciertos son genéricos a todas las fiestas y el real de la feria ha quedado reducido a una patochada casposa que sólo atrae ya a los emigrantes y poco más.
Las fiestas de Pozuelo, insisto, tal y como están en este momento no son nada. No tienen filosofía propia. Ni siquiera razón de ser. Existen porque tiene que haber fiesta,s pero son perfectamente suprimibles. Están basadas en una tradición cuestionable y se han ido ampliando, a voleo, con arreglo iba creciendo el pueblo y el Ayuntamiento iba teniendo más dinero para gastarse. E invito a quien quiera a que me explique ¿en qué consisten? ¿A qué se deben las fiestas? ¿Qué se busca con ellas? ¿O cuál es su razón de ser?
Las Fiestas del Carmen de la Estación, por ejemplo, son absolutamente prescindibles. Es más, pasan tan absolutamente desapercibidas que ni siquiera nos daríamos cuenta si no fuera por esos cohetes algo chundaratas que nos avisa. Porque los conciertos son conciertos de gira veraniega y las cervezas carísimas.
Lo que no he entendido nunca, por cierto, es por qué se celebran en Julio cuando un mes y medio después, en septiembre, se celebran las del pueblo. No creo que sea muy serio.
Yo sé que Pozuelo es un pueblo complicado por su extensión y por su idiosincrasia, ya que es un pueblo dormitorio de la metrópolis. Pero quizá por eso es por lo que habría que replantearse las fiestas de una manera más seria y más de acuerdo a su propia personalidad. No estoy hablando de quitar los encierros y los toros, aunque me gustaría ver un estudio serio sobre la afluencia de espectadores y de corredores del propio Pozuelo. Pero eso sería lo de menos si se convirtiesen en un gran espectáculo que se pudiese televisar como los de San Sebastián de los Reyes y dejasen de ser un acto pueblerino y algo cateto. Pozuelo no puede estar ya para hacer esas cosas. Para eso hay decenas de pueblos en Madrid.
Yo, de lo que hablo, es de un planteamiento global. Y si en ese planteamiento global se llega a la conclusión de que hay que hacer unas fiestas muy populares, háganse. No soy partidario de ellas por muchas razones pero soy democrático. Pero lo que Pozuelo no puede tener es unas fiestas chabacanas. Y con ello no quiero decir que sean unas fiestas elitistas. Creo que entre una cosa y otra hay muchos grises, aunque ahora vendrán los demagogos con sus milongas en defensa de la cultura popular. Como en los sesenta. Una cultura popular que en el Siglo XXI, para esta tropa, se acerca más al botellón dinámico, o sea, a beber todo lo que se pueda por todo el pueblo y a cualquier hora o a mantener unas peñas que no son más que un quiero y no puedo.
Yo no sé si África Sánchez, como concejala de Fiestas, es la persona adecuada para plantear ese debate o para abordar en profundidad el tema. Incluso, si el Ayuntamiento en pleno está en condiciones de abordar un tema tan complejo con unas elecciones locales a la vuelta de la esquina y la cantidad de demagogos que surgen por metro cuadrado cuando se tocan estos temas de la 'cultura popular'. Pero bueno sería que llevasen la posibilidad de los cambios en su programa electoral para que se pudiera votar por el pueblo real.
Porque seamos serios, las Fiestas de Pozuelo necesitan un repaso. A fondo.
El Capitán Possuelo.
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