El concejal rémora
Tengo que abandonar momentáneamente mis investigaciones porque algunos de los concejales se están poniendo nerviosos. Algo tendrán que esconder. Lo digo por los de mi último artículo y no quiero perjudicar a este diario que con tanto aprecio acoge mis pesquisas.
No hay mal que no traiga alguna buena noticia. Tras la encuesta que ha publicado Diario de Pozuelo me quiero sumar a la Redacción, y dar opinión esperando por supuesto que ninguna figura pública se sienta ofendida.
Tanto empeño he puesto en mis nuevas indagaciones, que he descubierto un concejal rémora. Para los de la LOGSE, y la concejala ilustrada con muchos coches, les explicaré que el pez rémora posee la característica de pegarse a peces grandes con el objetivo de protegerse y obtener alimento. Son comedores oportunistas que se alimentan con los sobrantes de la presa que consume su huésped.
Ya sé que muchos coinciden con este perfil. Pero como al concejal de Deportes ya le han enseñado la tarjeta roja mejor hablaré de los jugadores que permanecen en el terreno de juego.
El rémora es el tipo que todo el mundo conoce y reconoce en cualquier organización. El que chupa del tarro, el que no hace nada, el que se escabulle, al que nunca se le ve manos a la obra, el que no tiene amigos pero tampoco enemigos, con el que siempre sabes que no puedes contar si tu trabajo va en serio o si tienes una cuenta de resultados que salvar. Básicamente, lo que se denomina el perezosete de la organización. El perfil de persona agradable para tomar cervezas pero para currar es mejor contar con otro.
En política estos señores crecen y se reproducen. No diré que mueren, porque en Pozuelo el concejal rémora lleva más de dos lustros sin dedicarse a una ciudad en la que ni vive. Será que le da vergüenza hasta pagarse su propio sueldo.
El rémora de Pozuelo por aclamación y unanimidad es el primer teniente de Alcalde y concejal de Urbanismo, Mariano Pérez-Hickman. Dicen que a Sepúlveda le dio pena ponerle en la calle pues sabía que los rémoras en el mundo privado tienen un porvenir complicado. Aguado lo elevó a Urbanismo a pesar de su demostrada incapacidad, asumiendo que tendría que llevar él mismo el área.
Señores investiguen, la verdad esta ahí fuera... y seguirá estando a pesar de los seis artículos de alguna concejala en algún blog.... la autora me recuerda a otra secuencia que ya se publicó en este diario. Para el que se haya incorporado tarde, se la rescato: ‘La libertad de expresión’ y ‘Errores’.
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