La huelga general fracasa
La huelga general convocada por CCOO y UGT, que cada día que pasa es más un sindicato unificado, ha vuelto a fracasar. Como estaba previsto, la ciudadanía ha ido, mayoritariamente, a trabajar demostrando su responsabilidad ante una crisis que provocaron los mismos que ahora se quejan de ella irresponsablemente. El poco apoyo que ha tenido ha sido consecuencia directa de la rancia violencia piquetera.
Este fracaso lo demuestra el hecho de que el consumo eléctrico apenas ha bajado un 11% cuando en la huelga general del 29 de marzo fue de un 15% y ya fue un fracaso.
Salvo en las algunas televisiones públicas en donde los sindicatos son más cerriles y en algunas empresas de automoción, en donde los sindicatos son más inconscientes aún, la huelga política de CCOO-UGT ha sido, simplemente, una huelga de liberados. Y no todos.
Sin duda, este sindicalismo español vive en una realidad virtual. En un Matrix sindical de juguetes rotos. Una pena.
Porque el fracaso de esta huelga hay que relacionarlo directamente con la caducidad de los sindicatos convocantes (o del sindicato convocante porque ya no se sabe qué son) y con su descrédito ante la propia sociedad que dice representar, que está ya un poco cansada de tanta demagogia y de tanta defensa de intereses espurios.
Es más, debería hacérselo mirar, definitivamente, hasta llegar a su refundación, que es lo único que terminaría sacando de los poderes de decisión a sus viejos dinosaurios para lograr un sindicalismo moderno.
Por otro lado, hay que destacar también el papelón que ha hecho el PSOE en este fracaso, toda una alegoría de su propia frustración como partido.
Mariano Méndez
*Este diario no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores ni de las de las cartas al director.
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