El errado viaje de Ana Botella

Ay, señora alcaldesa, ay. ¡En qué lío se ha metido Usted y, por extensión, la corporación municipal con el asunto del Madrid Arena! No dudo, Dios me libre, de hacerla responsable de la tragedia acaecida el pasado Halloween o cómo demonios se escriba. Estoy convencido de que Usted o cualquier miembro del consistorio madrileño habrían hecho lo imposible por evitar las innecesarias y evitables muertes de las chiquillas. Ya tendrán tiempo los tribunales de determinar las causas y las responsabilidades empresariales o políticas si las hubiere.

Pero Usted, señora Botella, se equivocó en una cuestión: no debería haber realizado ese viaje de placer a Portugal. No era el momento más apropiado. Efectivamente, Usted, en su tiempo libre, puede desplazarse a donde quiera, hotel de lujo incluido. Y también es cierto que su presencia no es relevante para que funcionen los operativos de seguridad, que ya saben de sobra lo que han de hacer. Sin embargo, la política, como bien ha señalado el compadre Antonio L. Rodríguez en su columna aquí, en Madrid Actual, es fría. Muy fría. Para romper el hielo, el PSOE e IU van a poner todo la leña posible en la parrilla para desprestigiar su gestión. No se sorprenda, es su obligación y, seguramente, su partido también hubiera hecho lo mismo de estar en la oposición.

Hay que estar más atenta a estos detalles, señora alcaldesa. Cuando sucede un hecho tan trágico como el del Madrid Arena, hay que andar con pies de plomo. Repito que no discuto su gestión y estoy convencido de que Usted ha obrado con la mejor de sus intenciones. Y sus lamentos por las muchachas fallecidas se me antojan sinceros, pues Usted tiene hijos y no albergo la menor duda de que es capaz de ponerse en el lugar de sus desgraciados padres. Pero no tenía que haber ido a Portugal, no.

J.M. Aizpurua

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