El deporte pozuelero y la Navidad
Pozuelo de Alarcón es lo que es hoy porque José Martín Crespo, un alcalde al que no se ha valorado suficientemente en este pueblo, tuvo la idea de hacerlo crecer basándose en cuatro pilares: la seguridad, la limpieza, las zonas verdes y el deporte. Y hablo de los primeros años 80, con la democracia recién estrenada y cuando conceptos como estos eran considerados poco menos que franquistas porque eran tiempos de porro, movida y libertad disparatada.
El tiempo pasó y pasada la euforia, la vida volvió a sus cauces naturales. Pero el Pozuelo de Martín Crespo ya llevaba muchos años de ventaja a los demás pueblos de la Comunidad de Madrid y su calidad de vida empezaba a ser querida por todos e imitada por muchos.
Entre esos cuatro pilares, como he dicho, estaba y está el deporte. Aún recuerdo el gran tráfico que tenía el pueblo los sábados por la mañana, cuando los padres llevaban a sus hijos a competir en los campos de deportes que empezaban a crecer en el pueblo.
Hoy, Pozuelo es un referente deportivo en la Comunidad de Madrid y cuenta con cinco magníficos polideportivos como son El Valle de las Cañas, El Pradillo, El Torreón, El Carlos Ruiz y Prado de Somosaguas, que utilizan más de 24.000 pozueleros.
Viene todo este preámbulo a cuenta de la celebración del Día del Deporte en Pozuelo del sábado próximo y de las medallas que algunos se quieren colgar a cuenta de ello.
Está bien que se atienda al deporte en Pozuelo. Incluso, que se celebre un Día del Deporte. A más azúcar, más dulce. Pero la atención al deporte en este pueblo no debe ser como el buenismo en Navidad. Cosa de un día. Y nuestros dirigentes políticos no deberían olvidarlo.
El deporte en Pozuelo es algo más que la organización de un día o de una semana por muy brillante que sea y por mucho márquetin que produzca. Mucho más. Y no sería de recibo dedicarle un día a todo trapo y, en cambio, no prestarle ninguna atención durante el año. Insisto, como la compasión en Navidad.
El deporte en Pozuelo forma parte de su propia idiosincrasia. De su propia forma de ser. Algo por lo que la gente se vino a vivir aquí. Y ese condicionamiento necesita una atención diaria.
Por eso, todos los días tendrían que ser del deporte. Porque en Pozuelo el deporte no es de élite sino popular. Como debe ser. Aquí no presumimos de grandes equipos deportivos sino de la cantidad de gente que practica deporte.
En cualquier caso, el deporte de élite es algo que termina siendo una consecuencia del deporte popular. Y a las pruebas me remito con la reciente subida del baloncesto Pozuelo a la liga EBA o a los éxitos de las niñas pozueleras en Gimnasia Rítmica o de las chicas del Fútbol Femenino.
Con esto que digo no quiero mostrarme tan negativo como mi compañero El Avispa con el Día del Deporte. Sólo quiero dejar constancia que el Deporte en Pozuelo es algo más que un escaparate.
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La Piraña del Meaques
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